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Florencio Compte: ¿Soluciones viales?

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Entre las principales desventajas están su afectación en zonas urbanas con edificaciones cercanas

A inicios de 2024 la Municipalidad de Guayaquil anunciaba que en este año se inaugurarían, por fin, los pasos a desnivel de la Isla Trinitaria y el de la Avda. Juan Tanca Marengo, que habían quedado paralizados por meses y que, adicionalmente, se empezaría la construcción de los pasos a desnivel en la Avda. del Bombero, intersección con la Avda. Leopoldo Carrera, y en la Avda. Tanca Marengo, intersección con la Avda. Rodrigo Chávez, bajo el nombre de “fortalecimiento de la red vial urbana con la implementación de soluciones viales en la ciudad de Guayaquil”.

Pero, ¿un paso a desnivel realmente soluciona la vialidad? La idea de construir puentes elevados en las intersecciones de calles conflictivas surgió en París por Eugène Hénard, un urbanista del siglo XIX, aunque él mismo reconocía su inviabilidad para intersecciones de más de cuatro carriles, en las que era preferible implementar un círculo de tráfico.

Si bien un paso a desnivel puede permitir que el tráfico fluya de mejor manera en zonas no urbanas, no es menos cierto que las desventajas de su implementación en áreas urbanas son mayores ya que, según muchos expertos, crean un espejismo de fluidez vehicular, por lo que en la actualidad se ha dejado de recomendar su construcción. Entre las principales desventajas están su afectación en zonas urbanas con edificaciones cercanas -como ejemplo el que cruza la Avda. Olmedo, que incluso tapa la fachada de la iglesia patrimonial de San José-; el aumentar la inseguridad bajo los puentes construidos; los problemas que originan durante su construcción; además, del alto costo de construcción y de mantenimiento. El costo de los dos nuevos pasos ofrecidos ascenderá a USD 18,5 millones.

Adicionalmente, se sigue pensando en soluciones que dan prioridad y centran al vehículo en la visión de ciudad, donde se afecta al peatón y al comercio, al perder los conductores la visibilidad del entorno; y no se priorizan las soluciones integrales que vayan en el fortalecimiento de un transporte masivo eficiente y coherente con nuestra realidad urbana y económica.