Diana Acosta-Feldman | Martillo de Medianoche

La paz no se consigue arrojando palomitas blancas al cielo, ni pidiendo de favor deponer las armas
La paz no se consigue arrojando palomitas blancas al cielo, ni pidiendo de favor deponer las armas; muchas veces para alcanzar la paz se requiere de un sacrificio mayor y muchas veces “la paz, se logra con la fuerza”.
La valiente e histórica decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de negarle al régimen “más peligroso del mundo, las armas más peligrosas del mundo”, como dijo el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, no es otra cosa que el mayor acierto del gobierno de Trump.
Si bien el régimen de Irán promueve el terror, amenazando destruir a Israel, al pueblo judío y al mundo libre, debemos tener claro que la exitosa operación del país más poderoso del mundo no tuvo como objetivo destruir al gobierno terrorista, sino eliminar de manera prolija la mayor amenaza nuclear en manos de un régimen extremista.
Sin la acertada intervención de EE.UU., junto a su aliado inquebrantable, Israel, Irán habría conseguido armamento con poderío nuclear para amenazar a quien atente contra sus perversos intereses, lo que, ante semejante amenaza, hubiera llevado a una escalada armamentista de sus vecinos y de quienes se sientan amenazados por el régimen persa. Esta situación podría haber llevado al mundo a destinos impensados.
Obviamente, la etapa posataque a Irán traerá una serie de repercusiones internacionales, tanto en el área de seguridad como económica, y será una fase crítica para el mundo, en la cual las potencias preponderantes del este y oeste, que han observado con detenimiento la operación militar americana y los alcances del armamento utilizado, cuidarán sus pasos para, de algún modo no ceder o perder su influencia dentro de la geopolítica internacional.
Con la operación Martillo de Medianoche, EE.UU. ha demostrado su templanza y decisión ante las amenazas inminentes contra ellos y el mundo. El impecable trabajo en equipo del gobierno de Trump e Israel envía un mensaje contundente: EE.UU. tiene la capacidad militar más poderosa del mundo y el pueblo de Israel siempre se levanta como un león para atacar a quien atente contra ellos.