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La soberanía y la integridad territorial son la piedra angular del orden

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Nuestro firme apoyo político, financiero, económico, humanitario, militar y diplomático a Ucrania y a su pueblo estará mientras sea necesario

El 24 de febrero se cumplieron dos años de la invasión de Rusia a Ucrania. Esta cruel guerra contra un miembro soberano de la comunidad internacional no cesa y, por el contrario, sigue siendo un peligroso precedente para el resto del mundo. Rusia ha demostrado que no se puede confiar en ella. Que es un Estado que no duda en usar la fuerza militar para conseguir lo que quiere y que se vuelve contra sus propias obligaciones legales.

Rusia ha incumplido los acuerdos negociados celebrados en los últimos 30 años sobre Ucrania; empezando por el Memorando de Budapest (1994), en el que se comprometía a respetar su independencia, soberanía y fronteras. Desde la anexión ilegal de Crimea, ha quebrantado casi 400 tratados internacionales. Además, la invasión no provocada de Ucrania por Rusia ha perturbado los mercados mundiales de alimentos y energía. Es claro que Rusia no está dispuesta a negociar de buena voluntad. Pero nosotros tampoco a reconocer este ataque ilegal al territorio ucraniano, al Estado de Derecho y a los Derechos Humanos.

Desde el inicio de la guerra vivimos ondas de choque en todo el mundo, afectándonos sin importar las fronteras. Sin embargo, resulta inspiradora la entereza, valentía y resiliencia de Ucrania que, incluso bajo ataque (bloqueos rusos, misiles y la retirada unilateral de la Iniciativa de Cereales del Mar Negro), ha conseguido enfrentar la agresión bélica, protegiendo a su población civil, salvaguardando sus exportaciones y contribuyendo a la seguridad alimentaria mundial (con las ‘rutas de la solidaridad’ y el corredor del Mar Negro, la UE y Ucrania mantienen estables los precios mundiales de los alimentos).

Nadie desea más la paz que Ucrania; y no está sola en este anhelo. La UE ha mostrado su compromiso inquebrantable.

La UE se mantiene unida respaldando a Ucrania frente a la agresión no provocada e injustificada de Rusia y la anexión ilegal de territorios ucranianos por parte de la Federación de Rusia, que constituye una violación manifiesta de la Carta de las Naciones Unidas.

Nuestro firme apoyo político, financiero, económico, humanitario, militar y diplomático a Ucrania y a su pueblo estará mientras sea necesario.

La Fórmula de Paz de Ucrania es la única iniciativa de paz debatida en la comunidad internacional porque creemos que una Ucrania en paz puede ser una potencia innovadora, un proveedor de seguridad y un socio fiable para la seguridad energética y alimentaria.

Ucrania merece el apoyo mundial más amplio posible. La Fórmula de Paz debe ser la base de todos nuestros esfuerzos y la base sobre la que estamos trabajando para lograr la resolución justa de este conflicto.