"Contaminación y el consumo desaforado de carne”

La imprevista reunión del COP25 hará sin duda que aumente el número de personas concienciadas por la crisis.

Señor director:

Casi dos tercios de los españoles nos declaramos muy preocupados por el cambio climático, siendo nuestro país ya de los más afectados. 

La imprevista reunión del COP25 hará sin duda que aumente el número de personas concienciadas por la crisis.

  

Entre los factores que agravan y aceleran esta catástrofe mundial pocos son tan importantes como el desaforado consumo de carne. Sin duda, el cambio de hábitos alimentarios es costoso, aunque aquí el prescindir de la carne es un ahorro económico.

 

Por fortuna, al revés de la rigorista moral católica vigente, para la que hasta el menor pensamiento carnal nos mandaría al averno, el pecado contra nuestra Madre Tierra contaminándola de este modo admite grados: si el uso de vegetales para alimentarnos produce 1 o 2 kilos de CO2, el pollo “solo” los duplica a 3 o 4, lo que puede considerarse un pecado venial en comparación con los 12 que produce el cerdo y los 27 del vacuno.

Devorar esta sangre roja sí que es mortal, mortal no ya para la Tierra, que sobrevivirá a nuestra destrucción, sino porque así estamos creando a pasos agigantados para nosotros mismos un “infierno”, cuyos calores destructores ya dañan nuestra vida.

Diego Mas Mas