Cartas de lectores: Señora gobernabilidad

Arrodillarse de entrada al FMI huele a fracaso

Durante los próximos 18 meses Daniel Noboa será timonel de un país agobiado por la inseguridad, el desempleo, la desinversión social, el estancamiento económico, la enorme deuda pública, etc. A diferencia de un período de cuatro años, el nuevo gobierno no tendrá los 100 días de tregua. Inmediatamente deberá revertir la tormentosa herencia que recibe del régimen saliente o verá esfumarse su anhelada reelección. 

Luego de la aguda crisis política que encontró desfogue en la muerte cruzada, el propósito de las élites es evitar que se repitan los sobresaltos en su democracia liberal, por ello insisten en la unidad en torno a la nueva administración y en la gobernabilidad como mecanismo para superar sus contradicciones interburguesas. Por ahora el llamado tuvo eco. Al pacto de Noboa, Correa y Nebot se adhirieron asambleístas de otros partidos para designar a las autoridades de la Asamblea. 

El socialcristianismo logró la corona para gobernar desde la Legislatura, el oficialismo controlará las comisiones de Desarrollo Económico y Tributaria para apalancar su programa económico, en tanto, el correísmo buscará la impunidad de los corruptos desde las comisiones de Justicia, Garantías Constitucionales y Fiscalización. Al parecer, las debilidades políticas de Noboa (sin fuerza consolidada, ni mayoría legislativa por sí mismo y con retrasos en la conformación del gabinete ministerial) lo ubican a merced de este tipo de aliados que mantendrán los acuerdos solo si sus intereses son satisfechos. Esa es la señora gobernabilidad de la que tanto hablan las élites. 

Pactos entre los que hasta hace un momento se declaraban contrarios, con el propósito de allanar la cooperación entre Ejecutivo y Legislativo para sostener el ‘statu quo’, aunque ello signifique darle la espalda al pueblo. Arrodillarse de entrada al FMI huele a fracaso, pactar con los responsables de la crisis es continuismo, nombrar en la cúpula del gobierno a personajes que sirvieron a los tres últimos mandatarios es ceguera y ensayar la amnistía para Ricardo Patiño, enseguida de la posesión, es premiar la corrupción. Si juegan con la paciencia de la gente, más temprano que tarde el pueblo se levantará.

Francisco Escandón Guevara