Al pie de las calles Dátiles y Sexta (Urdesa, Guayaquil), una puerta pintada con murales hace voltear la mirada a su interior.

El olor de frutas y verduras que se percibe al instante nos hace sentir como si estuviésemos en una finca. Allí funciona La Molienda, Organic Market, una tienda donde resalta el tono verde de las plantas sobre una decoración artesanal.

Paula Molina, una de sus fundadoras, es quien recibe al visitante junto a su equipo, para guiar a todo aquel que llegue. Y si se presta atención, se puede ver a Maneki, una gatita blanca de ojos azules que fue adoptada hace seis años, cuando comenzó la historia de La Molienda en este vibrante barrio del norte del Puerto Principal.

Rodeados por el color de los alimentos frescos, Paula le cuenta a EXPRESIONES cómo surgió este camino de emprendedora. ¿Quién diría que tras haber superado una enfermedad, su experiencia diera rienda suelta para poner su granito de arena en los demás? Con ‘La Moli’, como ella le llama de cariño, logra que más personas se sumen a lo que da la Pachamama, o mejor dicho, lo orgánico.

DE LA FINCA A LA MESA

La variedad es amplia: frutas, verduras, pastas, jugos, vinos, lácteos, granolas, así como productos de cosmética y también de limpieza. Todo allí es orgánico, libre de pesticidas y químicos.

Paula explica que una parte de los alimentos viene de la finca agroecológica El Retiro, ubicada en Balao, al sur del Guayas. Un espacio rodeado de flora y fauna que fue creado en el 2010, con la finalidad de alimentar de manera sana y sin químicos a la familia de esta emprendedora. Sin embargo, desde que creó La Molienda ella abastece una parte de la tienda con los huertos de allí.

“Lo orgánico se siente desde el sabor. Es mucho más concentrado y fresco... Un queso, una fresa o huevos orgánicos no se pueden comparar a aquellos que vienen de industrias”, explica y agrega sobre los valores: “No se trata de cuánto cuesta, sino de la inversión que resulta para la salud”.

Sobre los compradores, ella los clasifica en dos grupos: “Están los que son conscientes de los beneficios de lo natural porque ya tienen la costumbre de consumirlo, y están también los que por recomendación médica están buscando un cambio en sus hábitos y comienzan a incorporarlos a su dieta o cosmética”.

IMPULSANDO LO LOCAL

“Empecé con 50 proveedores”, recuerda emocionada sobre el 2017, cuando se animó a emprender. “A buena hora ya había emprendimientos que se dedicaran a lo orgánico”.

Desde entonces agrupa marcas ecuatorianas, a fin de que los clientes no solo encuentren frutas o verduras sino más variedad, desde bebidas y cosmética hasta insumos de higiene personal.

Dice que tras la pandemia, aumentó la cantidad de proveedores debido al interés de la gente por tener hábitos saludables.

En este camino a Paula le enorgullece hacer comunidad con más mujeres y haber sido parte de eventos novedosos, como el taller de cocina con PANC (plantas alimenticias no convencionales), a cargo de Margarita Camacho, de La Qabra Tira al Monte; asimismo de dulces veganos, en conjunto con Daniela Puig, de Sattva; o hasta uno de dips y picaditas, con Nena Terán, de My Healthy Kitchen.

Con los músicos también es recíproca. Además de poner sus temas en la tienda, en uno de los aniversarios contó con improvisación en vivo de artistas locales. Pero eso no es todo, pues en noviembre del año pasado La Molienda participó en la primera edición del Brasa Master Fest 2022, un evento que fusiona comida y música.

DE GARAGE A TIENDA

Dice que fue su abuelo Mario quien le enseñó que lo orgánico era el futuro. “El tenía una finca... Empezó con el cacao, luego el banano”.

Cuando falleció, diferentes integrantes de la familia se dedicaron a seguir su legado y actualmente ya exportan banano orgánico.

Pero el ímpetu de Paula por ese rubro llegó en el 2010, cuando le diagnosticaron una enfermedad y empezó a consumir desde insumos hasta alimentos sin pesticidas ni químicos.

“Acá en Ecuador no encontraba. Tenía que pedir a través de amigos o familiares que viajaban a Estados Unidos”, recuerda.

Con el paso del tiempo, al ver los beneficios saludables, se lanzó a emprender en este rubro junto con Pablo Cicarilli, el padre de su hija. El sitio elegido para abrir las puertas de La Molienda fue el garaje de la casa que le perteneció a su abuelo, en Urdesa. Ese espacio, donde las primas jugaban de niñas, fue llenándose de color y arte bajo la estética de Paula. Y en honor a don Mario, hay un mural pintado por el quiteño Apitatán, donde se pueden fotografiar quienes acudan al lugar.

CON EL SELLO DE ARTISTAS

Resulta imposible que al caminar por Urdesa uno no se percate de la fachada de La Molienda. En el parqueadero del lugar, destaca el mural del artista quiteño Apitatán. Y media cuadra más abajo, en las puertas de la tienda, el talento de las guayaquileñas Carla Bresciani y Ailyn Wong, dos cracks en la pintura. Adentro, en cambio, resaltan mesas y anaqueles hechos de materiales eco-friendly. De tal modo que los clientes saben que allí no solo encontrarán alimentos y productos naturales, sino un espacio que apoya lo local y es respetuoso con el medio ambiente.

A UN SOLO CLIC

Ya no hay excusas para no consumir alimentos saludables. Actualmente están a solo un clic de distancia.

“La compra virtual, ya sea por WhatsApp o Instagram, ofrece más comodidad porque se puede ver cada detalle (de los productos) desde la pantalla y sin moverse de casa”, asegura Paula. También es posible enterarse desde allí de las promociones y eventos que organizan regularmente en ‘La Moli’: descuentos, sorteos de productos (giveaways), así como cursos acerca de temas actuales de salud y bienestar.

De esta manera ha sobrellevado el reto de hacer conocida la tienda. “Más allá de las recomendaciones boca a boca, la gente ha conocido este lugar a través de internet”.

LA PEQUEÑA MANEKI

Es la gatita que llegó el primer día que empezaron a montar el local de La Molienda. Desde entonces Paula la acogió y se convirtió en la más querida del lugar. La fama de Maneki (cuyo nombre es por el gato de la suerte) ha llegado a las redes sociales y ya tiene insumos como tazas, entre otros artículos.