Unidad o ruptura en AP

parece que el “espíritu de cuerpo” primó en el partido “verdeflex” de la “década ganada”, superando incluso la división que había producido la nueva orientación que Lenín Moreno le ha dado a su gobierno, que pertenece también a las filas de Alianza PAIS. Me refiero, por supuesto, a la decisión del CAL de la Asamblea Nacional que decidió el pasado lunes no admitir la realización de un juicio contra el ministro de Educación durante la época correísta, Augusto Espinosa, quien es ahora legislador, por “haber mirado hacia otro lado” sin embargo de haberse producido cerca de cinco mil abusos sexuales en escuelas y colegios, según el monto de acusaciones acumuladas en pocos años. ¿Por qué no se le permitió, incluso, la oportunidad para que Espinosa exponga las causas que pudieran explicar su actitud frente a tan grave problema que recién llegó a su detonación por lo sucedido en el centro de estudios réplica del Aguirre Abad, en Guayaquil, que tiene ya a dos profesores detenidos y enjuiciados y a la rectora de ese plantel destituida e investigada?

Esta decisión tomada por el organismo legislativo, dirigido por una socialista (partido que se “arrimó”, en parte, al régimen pasado) permite poner en claro, además, que la división producida entre morenistas y correístas no es muy fuerte que digamos y, por ende, tampoco duradera y que es solamente el producto de una ambigua (¿y aún incierta?) situación entre los militantes de la revolución ciudadana que no quieren despojarse totalmente de su postura pasada, a pesar de los adjetivos entrecruzados entre el actual primer mandatario y el anterior.

Por supuesto que todos estamos no solo que sorprendidos sino que más que preocupados por una situación que se había convertido en “costumbre” en escuelas y colegios del país y que permaneció ignorada ante el silencio cómplice de los directivos de los planteles y, además, por el quemeimportismo de los funcionarios judiciales que dejaban para el después o para el nunca las denuncias que les fueron presentadas.

Por lo sucedido, al parecer, la llamada “aplanadora” seguirá funcionando, sobre todo cuando aparezcan acusados los funcionarios que formaron parte del gobierno anterior.