Soberania y narcoterrorismo
Juristas, filósofos y politólogos en las últimas décadas han sostenido diferencias y críticas sobre el principio de soberanía que deben mantener los Estados modernos. Esto ha dado lugar a numerosos encuentros, desencuentros y polémicas pues, tradicionalmente, en el derecho constitucional se ha sostenido que este principio es una regla fundamental para toda nación, una manifestación básica mediante la cual se afirma que el dominio del Estado, en todos los ámbitos del territorio nacional, está por encima de cualquier otro. En consecuencia, los poderes fácticos que actúan a su interior no deben desbordarlo. Los países están obligados a protegerlo.
Esta es la visión tradicional. Pero hoy las sociedades enfrentan fenómenos inéditos que no existían en el pasado ni en la filosofía política ni en la norma jurídica. Son los referidos a los eventos que trascienden las fronteras y que debilitan los poderes de los Estados, como aquellos que tienen que ver con el narcoterrorismo, el cual, en los hechos, se ha constituido tanto en un factor, cuanto en un proceso eminentemente transnacional.
Por eso, cuando las diferentes sociedades democráticas, y sus respectivos Estados y gobiernos son acosados y agredidos por un fenómeno de este tipo, los países se cuestionan hasta dónde es correcto y conveniente mantener la tradición, o si ya es necesario reestructurar el principio de la soberanía nacional para combatir este problema que trasciende las fronteras.
En lógica básica se debe comprender al narcoterrorismo como un accionar agresivo y violento que afecta a la sociedad, tal cual ocurre hoy en Ecuador, expresándose como un modo criminal de pérdida de soberanía.
Los entendidos dicen que si se quiere vencer este fenómeno, el principio de la soberanía debe ser repensado y redefinido. Muchos especialistas afirman que es mejor combatirlo con ayuda y colaboración de otros Estados, lo que significa suscribir alianzas y pactos con otras naciones, sin que tal procedimiento implique despojarse de la soberanía.
Es por la seguridad nacional que los países establecen convenios unos con otros, para luchar de mejor manera. Un acuerdo con Estados Unidos, Colombia o México no implica renunciar a la soberanía sino una coordinación adecuada para enfrentar la acción destructora de estas transnacionales de la droga, el terrorismo y el crimen.