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Agro. Los pequeños productores necesitan que la Prefectura apoye las asociaciones agropecuariasArchivo

Pichincha espera el impulso real a la ruralidad y el agro

La desnutrición infantil, la deforestación y la falta de vías en buen estado: otros retos para la Prefectura.

El campo también existe. Es el clamor de Francisco Chiriboga, presidente de la Cámara de Agricultura Zona 1.

Para quien llegue a ser el prefecto de Pichincha, su mensaje es que mire hacia la ruralidad y que trabaje por los grandes problemas: la desnutrición infantil; la falta de acceso al agua potable y servicio de saneamiento; la deforestación y la producción agropecuaria antitécnica.

“El principal trabajo debería estar enfocado en fomentar la asociatividad de los productores rurales, de tal forma que se busquen objetivos comunes, proyectos de sostenibilidad ambiental, centros de acopio y mecanización para evitar o eliminar la intermediación”.

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Para él, a través de este camino se evita la migración de los pobladores hacia las zonas urbanas, especialmente Quito. Siempre y cuando las condiciones de vida de los habitantes de las zonas rurales sean mejores.

Ecuador en Cifras indica que dos de cada 10 niños de Pichincha sufren desnutrición crónica, por la falta de consumo de proteínas como carne, huevos y leche, según datos de noviembre.

Roque Sevilla, empresario y exalcalde de Quito, concuerda en el pedido de que la máxima autoridad política de la provincia debe enfocar su trabajo en la ruralidad. “De nada sirve tener una Prefectura enfocada en hacer obras en Quito, porque allí ya tienen al Municipio; pero aquí no hay quien solucione las necesidades de la gente”.

Sevilla dice que la labor de la Prefectura debería ser la construcción y mantenimiento de vías, no solo de las principales carreteras, sino de vías de segundo orden que son usadas por los habitantes más pobres y por las cuales sacan sus productos para venderlos en mercados.

“Lo que se ha hecho en inversión artística, en un mural de 500.000 dólares, no tiene ningún peso en Quito. Pero si se hacía una inversión en la ruralidad, ahí hubiera cambiado la vida de cualquier pueblito”.

Otra demanda es que la Prefectura lidere un plan de reforestación y de conservación. Y finalmente, dice que la nueva autoridad debe solucionar el manejo de desechos sólidos de las pequeñas poblaciones. “Debe haber un acercamiento de la Prefectura con las Juntas Parroquiales y ayudarles con el presupuesto, porque sin ese apoyo es imposible que se realicen ese tipo de obras”.

Su criterio acerca de por qué los candidatos no enfocan sus propuestas en las zonas rurales, que son las que más los necesitan, es porque en las urbes hay más votantes. “Hay una contradicción enorme. La mayoría de la votación sale de la zona urbana, pero no tiene sentido que la Prefectura entre a trabajar allí”.

Ya en 2000, un estudio de la Unesco alertó al entonces Consejo Provincial de Pichincha sobre las líneas de desarrollo de la provincia. Centró su estudio en la necesidad de mejorar las asociaciones productivas, principalmente con el fin de convertirlas en agroindustrias. El organismo señalaba que era importante la capacidad para enseñar a los campesinos a administrar las empresas agrícolas, para que logren certificaciones y sean más competitivas en mercados locales y extranjeros.

Dentro de este plan, la Unesco hablaba de crear centros de acopio con una capacidad de procesamiento mayor a las 4.150 toneladas métricas anuales para productos hortofrutícolas, equipados con plantas de procesamiento, bodegas, sistemas de enfriamiento, tinas de lavado, mesas de selección, máquinas empacadoras y equipo de embalaje. Aunque se identificó este problema hace 32 años, poco se ha avanzado.

En 2019 la actual prefecta, Paola Pabón, ofreció un puerto seco, pero no cumplió. Para su reelección promete supermercados comunitarios. El candidato Roberto Altamirano ha retomado el primer proyecto y ofrece un puerto seco en Mejía. Andrea Hidalgo y Guillermo Churuchumbi han dicho que el agro será su prioridad. Eduardo del Pozo ha resaltado el mejoramiento de vías para zonas productivas y turísticas, igual que los postulantes Andrés Castillo, Jacinto Espinosa y Elsa Guerra.

Koya Shugulí propone mejorar el acceso a la educación en las zonas rurales. El resto de los candidatos, Gonzalo Pérez, Cecilia Jaramillo y Daniela Zambrano, dicen que trabajarán con los pequeños y medianos productores. En su mayoría, los que buscan el gobierno provincial tienen propuestas generales, de las que no se conoce cómo será el financiamiento.

  • Seccionales. En Pichincha hay 3,4 millones de votantes, según el Consejo Nacional Electoral. El 5 de febrero se elegirá a prefecto, alcaldes y más.

La mayoría de la votación sale de la zona urbana, pero no tiene sentido que la Prefectura trabaje allí.

Roque Sevilla, empresario y exalcalde de Quito

El principal trabajo debería ser el fomento la asociatividad de los productores rurales y su competitividad.

Francisco Chiriboga, empresario agropecuario