Ministro. Asumió hace 11 días tras la suspensión de Rousseff.

Un ‘pinchazo’ telefonico derriba a un ministro

Muchos vieron en sus palabras un mal presagio respecto al nuevo Ejecutivo: el de que, a pesar de que el gobierno interino insiste en un discurso de renovación, lo que pretende en realidad es minimizar el caso Petrobras, que salpica a varios partidos, i

Han bastado 11 días para que el gobierno interino de Michel Temer enfrente su primer gran escándalo y sufra su primera baja.

El periódico Folha de S. Paulo publicó ayer un pinchazo telefónico del nuevo ministro de Planificación, Romero Jucá. En la llamada, Jucá insinuaba que la salida del poder de Dilma Rousseff ayudaría a frenar las investigaciones anticorrupción.

Muchos vieron en sus palabras un mal presagio respecto al nuevo Ejecutivo: el de que, a pesar de que el gobierno interino insiste en un discurso de renovación, lo que pretende en realidad es minimizar el caso Petrobras, que salpica a varios partidos, incluido el del presidente Temer. La filtración causó tal polémica que, horas después, tras asegurar que no había motivos para renunciar, Jucá anunció que dejaba el cargo.

Jucá, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), es uno de los principales articuladores del proceso de impeachment de Rousseff, apartada del poder el pasado 12 de mayo. La grabación es de marzo de este año y el interlocutor del ministro era Sergio Machado, expresidente de Transpetro, una empresa subsidiaria de Petrobras, según Folha. Machado fue recomendado para el puesto por el PMDB. Tanto Jucá como Machado están siendo investigados en el escándalo de desvío de recursos de Petrobras.

En las conversaciones telefónicas, que duraron una hora y quince minutos, Machado le cuenta a Jucá que teme que su caso sea juzgado por el tribunal federal del juez Sérgio Moro, el responsable por investigar el caso Petrobras.

“Hay que cambiar el gobierno para parar esta sangría”, responde Jucá, quien agrega que Temer debería construir un pacto nacional “con el Supremo, con todo”. Su interlocutor añade: “Ahí pararía todo”. “Sí. Lo delimitaba donde está, y punto”, contesta el ministro.

Jucá asegura que no se refería a interferir en las investigaciones. “Cuando hablé de parar la sangría no me refería a (la operación anticorrupción) Lava Jato. Hablaba sobre la economía del país y entendía que el gobierno de Rousseff se había agotado, y que el gobierno de Temer tendría condiciones de redirigir la política económica y social”, ha comentado en la emisora de radio CBN.

La filtración es una bomba para el recién estrenado régimen de Temer, que ya enfrenta desconfianza por sus vínculos con el caso Petrobras. El PMDB tiene nombres importantes dentro de la lista de investigados. El País/AFP