“La discriminacion racial continua enraizandose en la especie humana”
Vivimos tiempos repelentes, donde nadie escucha al corazón y el corazón es nuestra gnosis. Un verdadero tesoro que aniquilamos. Los efectos de esta frialdad son bien palpables. El mundo se mundializa, pero no se armoniza. En lugar de auxiliarnos, nos endiosamos, y los frutos ya están ahí. Lo acaba de advertir un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU, tras las manifestaciones de extrema derecha y la violencia registrada en Charlottesville, Virginia: “El racismo y la xenofobia están en aumento en Estados Unidos”.
Sin duda, hay que controlar los actos y parar los discursos de odio, donde quiera que se produzcan. A mi juicio, urge en casi la totalidad del planeta, abordar el problema de las manifestaciones de incitación a la violencia racial, con otras políticas más de hermanamiento y consenso. Personalmente, confieso que me había ilusionado con el Decenio Internacional para los Afrodescendientes (2015-2024), pues el lema de “reconocimiento, justicia y desarrollo”, todo hacía presagiar la erradicación de las injusticias sociales heredadas de la historia, pero está visto que los prejuicios y la discriminación racial continúa enraizándose en la especie humana. Bajo este marco de intolerancia, lo primordial es cambiar el ánimo humano, retornarlo a lo poético, purificarlo de esos aires de dominio corrupto.
Víctor Corcoba Herrero, España