“El desenlace de la crisis no puede ser el encubrimiento ni la impunidad”
H emos llegado a uno de los asaltos más aleves que ha sufrido el patrimonio público, llegamos al fondo de la podredumbre, al desencanto de una población frustrada con sus gobernantes, a un sistema político enfermizo, motivo por el cual nada está decidido y cualquier cosa puede ocurrir. La lista de escándalos de corrupción a los que asistimos es realmente espeluznante, lo cierto es que nos hallamos ante una crisis de inédita magnitud, cuyos efectos apenas empiezan a hacerse sentir y de no rectificar, detonarán muy pronto de forma incontrolable y violenta. Es una crisis que al parecer no está en curso de solución, sino apenas de evolución; que no va resolverse sino a desarrollarse.
Señor Director, padecemos todos, porque hemos permitido excesos, como los abusos de una clase minoritaria, que sorprende por su desfachatez, tan perniciosa para la prosperidad del país, Son inacabables los motivos que consolidan la desconfianza absoluta de todo un país con los últimos gobiernos.
Esperamos con ansiedad los nombres y la cárcel para los corruptos que se ocultan y se visten de corderos. La verdad, la dolorosa verdad, es que la mayoría de nuestra actual clase política se acercó a beber de ese pozo de inmundicias. ¡El desenlace lógico de esta crisis no puede ser el encubrimiento ni la impunidad!
Econ. Mario Vargas Ochoa