Me habría gustado hallar un vocablo que posea mayores alcances que el de la gratitud para referirme a don Jorge Vivanco Mendieta; un hombre afable y dueño de virtudes excelsas como su aguda inteligencia, honestidad absoluta, capacidad de análisis con profundidad oceánica y fogosa pasión por la verdad y por la justicia.

Enemigo acérrimo de la corrupción y de sus cultores a quienes los combatió implacablemente y que muy probablemente jamás habrían sido descubiertos de no haber sido por su agudeza investigativa que ayudó mucho en el desmantelamiento de esa mortífera patología política como la ilícita apropiación de los recursos del Estado.

Don Jorge tenía la capacidad de ver donde otros no, por eso prefirió el periodismo de opinión. Su genialidad y su vida entera se convirtieron en un auténtico homenaje a la razón y al bien común. Sabiduría auténtica embellecida por su humildad que diario Expreso tuvo el acierto de valorar en su justa dimensión otorgándole el sitial y la importancia que siempre mereció.

Desde la nube que escogió seguirá iluminándonos con su irreductible legado periodístico y con sus gravitantes lecciones derivadas de una trayectoria sin mácula y soportadas en el más sublime de los sentimientos como el amor que mantuvo por la patria y por sus lectores.

Abg. Henry Carrascal Chiquito, Msc.