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Ana Cristina Valencia, vicepresidenta de Lácteos de Nestlé.Karina Defas.

La pandemia cambió la forma de consumir lácteos en el país

Familias más chicas ahora buscan envases más pequeños.

Productos más pequeños, fortificados y con avena. Esas son algunas de las características de los productos que buscan los clientes ecuatorianos a la hora de consumir lácteos en polvo o líquidos, según los hallazgos de un estudio realizado por Nestlé en meses pasados en el mercado local.

Tras la pandemia de COVID-19, la multinacional de origen suizo buscó estudiar a sus clientes, para entender qué cambios de comportamientos trajo un suceso de gran impacto a escala local y global, explicó a EXPRESO Ana Cristina Valencia, vicepresidenta de Lácteos y Bebidas de Nestlé en Ecuador.

Además, tras el análisis, la firma entendió que debe adaptar productos a nuevos tipos de familias. Es decir, a grupos de personas más pequeños o, incluso, a una sola persona.

“Estamos asumiendo familias de tres, incluso familias de dos y ha habido un crecimiento muy grande de familias unipersonales. Muchas personas que están decidiendo salir de casa de sus papás o personas que se mudan a otras ciudades”, dijo Valencia.

Ese tipo de familias buscan productos más pequeños que se adaptan a su realidad. “Al abrirse un litro completo de una bebida, les toma mucho tiempo acabarse”, añade. A eso se suma la búsqueda de ahorro en momentos económicos complejos tras la pandemia.

En ese contexto, Nestlé renovó el portafolio de su marca La Vaquita. Por ejemplo, entre sus nuevas opciones están La Nueva Vaquita (leche líquida fortificada con vitaminas y minerales) y La Vaquita Batido (leche, avena y frutilla), lista para servirse.    

Estas dos nuevas opciones complementan la oferta de la marca, que incluye la tradicional leche en polvo La Vaquita en sus presentaciones entera y deslactosada. Los productos son elaborados en Cayambe (provincia de Pichincha), en donde se encuentra la planta de lácteos de Nestlé para Ecuador.