Tras cuernos...
Nos encontramos visiblemente preocupados ante la situación económica actual que afecta significativamente nuestras opciones, especialmente las de tipo adquisitivo, resultante del estatus financiero nacional.
Con angustia hemos visto el derrumbe del petróleo, fenómeno que no está bajo nuestra égida, sino que es el fruto de una serie de eventos exógenos que no controlamos y que se movilizan de acuerdo a circunstancias imbricadas en la macroeconomía mundial.
Esta iliquidez ha obligado al Gobierno a reducir su inversión, pero lo que es más grave es que le ha quitado capacidad de pago, de suerte que en los momentos actuales hay una cantidad de contratistas y proveedores de bienes y servicios, tanto para el sector oficial como para empresas o instituciones particulares, que de una u otra manera se encuentran interconectadas con él y son víctimas de una rémora paralizante que está afectando gravísimamente a todos.
Por otra parte, las circunstancias económicas actuales han generado un desempleo significativo y ante la necesidad, manos útiles y productivas se han orientado a realizar actividades al margen de la ley. Es así, que Montañita por ejemplo, balneario muy conocido mundialmente, se desenvuelve hoy bajo la mira recelosa de turistas y operadores nacionales e internacionales.
Pero no solo en los balnearios suceden estos hechos lamentables, sino en el resto del país, y los ciudadanos cuidan su vida y tratan de desplazarse en vehículos seguros. Sin embargo, hace poco presencié en El Pintado - Quito, un hecho que involucraba en medio de una balacera a un taxi, sus ocupantes y personal de la Policía nacional.
El pasajero, que utilizaba únicamente taxis seguros, alcanzó a pedir auxilio al momento de ser secuestrado y falleció en uno de ellos a consecuencia del tiroteo, quedando con vida el chofer y sus compinches, lo cual pone en evidencia que prácticamente no hay transporte idóneo y que constituye un riesgo definitivo el tomar un vehículo para desplazarse de un lugar a otro. ¿Cuándo gozaremos de una real tranquilidad y seguridad?
Y sigo andando...
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