Crisis total de Gabinete
Las circunstancias que atraviesa actualmente el Ecuador son de tal gravedad que requieren el concurso unificado de todos los segmentos políticos y sociales del país, a fin de enfrentar con éxito la violencia criminal que se desborda a través de la frontera norte con Colombia. Es una hora en la cual no puede haber diferencias de carácter político doctrinario, pues la vida y la paz deben conseguirse mediante la acción de todos los sectores que componen la vida activa del Ecuador. Y no se puede decir que el tratamiento oficial respecto del secuestro de los tres periodistas de El Comercio haya sido manejado con suficiente claridad y talento. Indicios hacen presumir que quienes abordaron la tarea de rescatar con vida a los secuestrados no lograron hacerlo, en mucho, por su falta de experiencia y de capacidad. Si es así, por la realidad que vivimos y que pende sobre la cabeza de los ecuatorianos, una especie de espada de Damocles, que es la amenaza narcoguerrillera, la unidad en un gobierno de conjunción nacional es tarea indispensable que no puede demorar por más tiempo. Tanto la izquierda legítima y doctrinaria, como la derecha pacífica y el centro unificador, deben confluir en un gobierno que, presidido por Lenín Moreno, cuente con el consejo y la ayuda de todos los sectores nacionales. Por tanto, se impone sin demora una crisis total de Gabinete para que el presidente de la República pueda manejar la unidad sin ninguna cortapisa.
Acostumbrados a vivir en un régimen democrático de partidos, cuyos altos dirigentes han tenido siempre en la mira su deseo de captar la totalidad del poder, es duro y difícil comprender la necesidad de la unificación nacional. Pero más lo será enfrentar sin ella la violencia narcoguerrillera, que es posible que se desborde prontamente al territorio nacional. No se trata solo de la presencia del asesino ‘Guacho’, sino de la concurrencia de más de mil alzados en armas que tienen como mira el derrocamiento del sistema democrático y la imposición de la narcoguerrilla.
Para la tarea inmediata que debe cumplir el presidente de la República, ya no es necesario que busque colaboradores en su propio partido pues todos los partidos del Ecuador estarán dispuestos a brindar su concurso para hacer frente a la trágica realidad de confrontar la presencia de la narcoguerrilla.