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La falta de lluvias ha causado problemas a las hidroeléctricas en el país.Cortesía.

Cortes de luz en Ecuador: ¿por qué el país compra energía eléctrica a Colombia?

La falta de lluvias, el calentamiento global y el ausente mantenimiento en las estaciones termoeléctricas han desencadenado escases del recurso

En caso de herrero, cuchillo de palo. Ecuador, el país de las 'mega' y millonarias hidroeléctricas, depende de la compra de energía de Colombia. ¿Por qué? Según el Ministerio de Energía, esto se debe a la temporada de estiaje o falta de lluvias de los últimos meses que ha afectado el funcionamiento de las hidroeléctricas del país.

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Es por eso, que desde 2022, el ministro de Energía, Fernando Santos, vienen anunciando que el país atraviesa una "situación difícil". Es más, ha especificado, desde ese periodo, que para solucionar los problemas que acarrea el estiaje se necesitan entre $ 300 y 400 millones por año, para importar energía eléctrica de Colombia, y así evitar los apagones. Este valor incluye la compra de diésel para suplir la falta de lluvias en hidroeléctricas.

Desde la cartera de Estado se ha señalado y justificado que la afectación en la reserva eléctrica del país se debe  a la sequía que ha sido catalogada como la  más fuerte de los últimos 10 años y es causada por el calentamiento global.

A este problema natural se suma la negligencia por parte de los altos directivos de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec). Así lo explicó Santos Alvite, ministro de Energía,  junto al gerente de la Empresa Coordinadora de Empresas Públicas (EMCO), Joaquín Ponce Díaz, durante la salida del gerente de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), Nicolás Andrade, por no cumplir con las expectativas en el cargo.

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Explicó, en diciembre pasado, que pese a que había dinero para reparar plantas térmicas para que funcionen en caso de emergencias por falta de lluvias, en ese entonces, no se logró ejecutar a tiempo. 

OBRAS A PASO LENTO

A esto se suma la lentitud con la que se desarrollan o concretan las obras. Por ejemplo, siete centrales de generación eléctrica tenían que entrar en operación entre 2020 y 2022, pero hasta enero de 2023, solo una fue inaugurada. Asimismo otras tres plantas tenían que ponerse en marcha durante este año, pero su construcción se retrasó y no empezó en las fechas establecidas. Algo que se traduce en 608 megavatios de potencia eléctrica.

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