Un cientifico eminente
La familia de un amigo ecuatoriano que, creyendo que en EE. UU. le darían una mejor opción y solución, se encontró con que allá les indicaron que el previo y certero diagnóstico cardiaco de Raúl Arias Freire, catalogado en el país del norte como gran cardiólogo y uno de los mejores y más brillantes en Ecuador, era correcto.
Por naturaleza, nosotros los guayaquileños creemos (a veces) que el diagnóstico y tratamiento ecuatoriano requieren de otra opinión en el norte. A pesar de las urgentes advertencias de Raúl, dada la gravedad del caso, el paciente (amigo querido) falleció allá, aunque el diagnóstico y la sabia opinión del doctor Arias fueron dados oportunamente. Si hubiesen entendido el diagnóstico y, sobre todo, la oportunidad, otra hubiese sido la historia, pues Raúl es experto en rehabilitación cardiaca, en insuficiencia cardíaca, infarto cardíaco, ecocardiografía, electrocardiograma, hipertensión arterial con chequeo cardiovascular y la salud en general. La cardiología del deporte es también otra área de su especialización. Eficiente y dinámico en urgencias.
Es un científico eminente. Sabio. Sencillo, amable, generoso; sin límite en sus atenciones.
Recuerdo que cuando estudiábamos en la primaria del colegio San José (Guayaquil), siempre fue el primero en su clase y el más destacado. El número uno: Raúl Arias Freire. Así consta su foto en los viejos “palmarés” que se editaban en esa época. Un cardiólogo que, además de sus sabias enseñanzas y magníficas y oportunas atenciones profesionales, logra que sus discípulos, condiscípulos, amigos y clientes entiendan la naturaleza y la gravedad de sus dolencias.
Lo he seguido y observado muy de cerca. Con memoria monumental respecto a los padecimientos de las personas que atiende. Muy discreto, amigable y, sobre todo, da a cada paciente el tiempo necesario para explicarle e ilustrar las circunstancias de su salud. Es una enciclopedia actualizada del saber científico. Aunque también lee, conoce y opina de los problemas y circunstancias del entorno social, político y humano del país. Es un incansable y diario caminador.