La capacidad para elegir bien
Si los ciudadanos fuéramos mejores, el mundo sería mejor. Si valoráramos todo lo positivo de los demás, seríamos más respetuosos de las falencias; y, considerados en cada idea o actuación.
Cuando aparecen presuntos líderes con cierto grado de influencia, aún sin tener carisma... esto es fiel reflejo de las falencias proyectadas por quienes eligieron a alguien que es reflejo de los electores. Cuántas veces los verdaderos líderes no son elegidos y quienes tienen poco mérito ocupan inmerecidamente una función relevante. Sería conveniente preocuparnos por ser selectivos y elegir a quien ostente capacidad de liderazgo para dirigir los destinos de un grupo humano.
Eduardo Jiménez