Aguirre Abad: historiador

En el país, especialmente en la ciudad, hay la idea de que esta no tiene historiadores, pues la mayoría de interpretaciones, estudios y relatos de la región, provincia y urbe salen de plumas andinocéntricas. Sin embargo no es así. Ahí están nombres como: Francisco Xavier Aguirre Abad, Camilo Destruge, Francisco Campos, Francisco Huerta Rendón, Alfredo Pareja Diezcanseco, Julio Estrada Icaza, etc. No se conoce esto porque los textos de historia e historiografías son reconstruidos y explicados con perspectiva y visión andina.

Por eso es importante la nueva edición del Bosquejo Histórico de la República del Ecuador, de Aguirre Abad. La primera es producto de la pasión investigativa de ese prestigioso jesuita español radicado aquí, el doctor José Reig Satorres. En 1972 con el auspicio de la Corporación de Estudios y Publicaciones, la editó. Hoy ve la luz otra edición de la obra escrita por un protagonista del siglo XIX, que vuelve a la ciudadanía.

Lo valioso de la historia de Aguirre Abad está, sobretodo, en que ella es una reconstrucción, interpretación, análisis y relato de uno de los más importantes ilustrados, modernos y liberales personajes del siglo XIX. En él consta no solo ese megarelato sino también el conocimiento profundo que sobre el proceso histórico nacional, regional y local tan destacado protagonista de la historia regional y nacional. Bueno es que las universidades Católica, Ecotec y Santa María, así como los colegios Delta, Antisana, Torremar, Montepiedra y Los Pinos hayan puesto su contingente para la reedición de esta obra.

Su importancia es obvia. También el rol del prestigioso español-guayaquileño Reig, a quien le debemos haber recuperado esta historia, que sigue estando con nosotros y proporcionando instrumentos valiosos para comprender que Guayaquil no es únicamente un lugar de mercaderes sino una urbe con pensadores, intelectuales, hombres de ciencia y de letras, que dan lustre y prestigio a nuestra ciudad.

Gracias padre Reig por el aporte y esfuerzo que usted hace para recordarle al país que Guayaquil es una urbe de letras, pensamiento, análisis, conocimiento, historia, literatura, y cuna del comercio y del libre emprendimiento.