Y ahora que
Terminó la subasta de medicamentos con proveedores seleccionados por precio, en donde se olvidó que no estamos comprando papas o chochos, sino productos que pueden significar la vida o la muerte de quien los consuma. Este proceso suigéneris, con fallas importantes y único en el mundo, será modelo de lo que no debe hacerse al adquirir medicamentos, ya que despreciando las características que adornan a un fármaco, desde su materia prima hasta la idoneidad de su manufactura que termina en el empaque final, se ha escogido a un barato e ilustre desconocido.
Al solicitar estetoscopios pediátricos, conseguiremos el precio de USD $ 85,00; USD $ 32,00 o USD $ 15,00 y escogemos el último. Sin investigar las características del metal, material de los tubos y la resistencia de la pieza que une los brazos, obtendremos algo frágil y de mala calidad.
El aceptar irresponsablemente precios sin saber de qué se trata y desconociendo lo que se va a adquirir, para luego averiguarlo, ha permitido integrar la lista de ofertas por precio a medicamentos cuyo valor no resiste crítica elemental alguna, en tratándose de valores que carecen del respaldo en cuanto a calidad.
Resulta indispensable conocer las bajas importantísimas de precios, observándose diferencias con el referencial, que son abrumadoras, tales como la levofloxacina (-99 %); la Metformina (-97 %), el ondansetron (-96 %) el clopidrogel (-95 %) etc.
Ha llegado el momento crucial para la Arcsa, sobre cuyos hombros recaerá la responsabilidad absoluta de aprobar la documentación que presentarán los ganadores de este primer escogitamiento, llamándonos la atención que quien ocupó el primer lugar tiene 60 días para registrar su producto y si no lo puede hacer, le tocará realizar el trámite al que ocupó el segundo lugar, para lo cual tiene apenas 72 horas.
Será acaso que se trata de una jugada muy hábil para eliminar a los dos primeros y del túnel obscuro donde está ubicado el resto, extraer al más conveniente que bien podría ser a lo mejor el ahijado.
No compramos por catálogo. ¡Confiamos en la Arcsa!
Y sigo andando...
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