Jorge Glas: El tamiz ideológico marca la vía para el asilo político
Ecuador no está obligado a otorgar un salvoconducto
La relación diplomática entre Ecuador y México cae en un nuevo escollo y el panorama no pinta para bien. Al menos, esa es la lectura de expertos en ciencias políticas y en relaciones exteriores, sobre todo, por la negativa de Ecuador de entregar un salvoconducto a Jorge Glas, el exvicepresidente de Rafael Correa, sentenciado por corrupción, que permanece en la Embajada mexicana desde hace varios meses.
Días atrás, la canciller Gabriela Sommerfeld ya había adelantado la posición del gobierno de Daniel Noboa, al argumentar que Glas es un delincuente que debe pagar su condena y no un perseguido político como él lo ha aludido. La tarde de este viernes 4 de abril, la Cancillería reafirmó esa posición, a través de un comunicado de prensa.
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“Eso empeoraría la situación con México. Lo pondría de manera más delicada”, dice Carlos García, coordinador de la Cátedra Unesco de Ética y Sociedad en la Educación Superior de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).
Sobre la legalidad y la legitimidad del hecho de que un Estado le otorgue el asilo político a una persona sentenciada por la justicia de su nación de origen, García señala que hay que tomar en cuenta las legislaciones de cada país, y que se entiende que por los convenios suscritos sí se enmarca en lo legal.
“Sobre la legitimidad, aquello está dado por una visión ideológica, porque usted le concede asilo a quien considera que corre peligro en otro país por la orientación política del Gobierno de ese país”, precisa García.
Otra arista por tratar sobre la situación del salvoconducto la plantea Ivonne Téllez, especialista en Derecho Internacional, quien señala que Ecuador está en su derecho de otorgar o no el documento.
“Esto entra dentro del concepto de soberanía territorial del Estado. No está obligado a hacerlo. Es una decisión netamente discrecional del Estado ecuatoriano de otorgar o no el salvoconducto”, explica Téllez.
Si no se otorga el salvoconducto se podría dar una situación similar, guardando las circunstancias y dimensiones, con lo sucedido con Julian Assange cuando el Reino Unido descartó dar ese permiso.
La Embajada de México se ha convertido en un refugio o vía de escape para personajes políticos, ligados al correísmo y al socialismo del siglo 21, como el caso de Soledad Buendía, Edwin Jarrín, Carlos Viteri Gualinga, Tania Pauker, Luis Fernando Molina y Leónidas Aníbal Moreno Ordóñez. Otra correísta, María de los Ángeles Duarte, se refugió en la Embajada de Argentina.
La misión de Panamá, en cambio, recibió en su momento a un directivo de un periódico durante el gobierno de Rafael Correa.
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