La supervisión nunca pasa de moda

La noticia de la maestra condenada a cuatro años de prisión por delito de odio a su alumno en Loja impulsa a que la firma de contrato de trabajo de una persona no es análoga a la sentencia de caso cerrado; la vinculación laboral demanda supervisión del desarrollo de sus funciones, independiente del título académico que posea y función que realice. En este caso no se dio, dado que todo fue descubierto por denuncias de familiares del menor afectado; y que esta demostración de aplicación y sanción de justicia impulse a otros afectados a presentar denuncia. El golpe duele pero pasa, mas la palabra permanece en la mente de los niños. Hoy mientras desayunaba en un restaurante cercano a una institución pública escuché a un hombre decirle a un niño de unos 6 años: “tú me haces gastar en un colegio que no te enseña a hablar como hombre”. El mesero me indicó que esa letanía era diaria, del papá que controla sus tareas escolares. Busqué a un policía para reportar el hecho y me indicó que no hay delito porque no lo está golpeando. Esa retórica baja la autoestima del niño y hace que dude de su sexualidad; si ocurren cambios no es causal para marginarlo. Evaluaciones a profesores siempre se efectúan pero complacerse de que “todo es perfecto” es autoengañarse. Resultados de este tipo encienden alarmas para inmediata verificación.

Ec. Marysol del Castillo