VTubers: el fenomeno que se aduena de YouTube
Por años, los youtubers han ganado terreno en el mundo virtual. Con seguidores, marcas y hasta libros de su autoría no encontraban una competencia —al menos dentro de la plataforma— que les ‘quitara el sueño’.
“¡Bienvenido a mi canal de YouTube! Es difícil de explicar. Puede confundirte, pero no te preocupes, eso es común. Suscríbete, y todo tendrá sentido”, es la leyenda con la que Ami Yamato —una VTuber o Youtuber virtual— saluda a sus nuevos seguidores.
Por años, los youtubers han ganado terreno en el mundo virtual. Con seguidores, marcas y hasta libros de su autoría no encontraban una competencia —al menos dentro de la plataforma— que les ‘quitara el sueño’. Sin embargo, todo evoluciona y el nuevo fenómeno que está tomando fuerza en internet llega a cargo de los VTubers.
¿Quiénes son? Nada más y nada menos que las figuras virtuales que ahora cuentan con canales propios, y hasta con fanáticos. La fascinación por las imágenes de fantasía con aspecto humanoide no es nueva, desde cantantes hasta influenciadores en 2D y 3D, este fenómeno se sigue adueñando de más espacios y creando celebridades.
La competencia sin duda es a otro nivel. La mezcla entre belleza tierna y perfección de estos nuevos youtubers podrían ser el secreto de su éxito, y Kizuna Ai es una muestra de eso.
Con su cabello largo y con destellos rosa esta VTuber cuenta con más de dos millones de suscriptores en su canal, el cual abrió en octubre de 2016. Al igual que ella avatares como Aoi Fuji, Nekomiya Hinata, Reiden Kasuka, Norakyatto, siguen los patrones de animaciones japoneses, con ojos de gran tamaño y cabello de fantasía para estas nuevas celebridades. Sin embargo, el mercado asiático no ha sido el único en apostar por las figuras virtuales, incluso la mismísima Barbie tiene un espacio en esa plataforma.
La BBC recibió la opinión de Kevin Allocca, jefe de cultura y tendencias de YouTube, quien dijo que esta tendencia empezó a incrementarse en 2017, y todavía continúa en crecimiento. Y no solo eso, el medio también cita a Earnest Pettie, de Google, quien asegura que “la cantidad de vistas diarias a los videos de VTubers de este año cuadriplica la cifra del año pasado”.
Estas animaciones llegaron a gustar tanto que es fácil encontrar videos de ‘colaboraciones’ como famosos youtubers de carne y hueso, o incluso con estrellas de cine. Tanta atención del público ha despertado el interés de las agencias que ahora quieren administrar a estas celebridades.
Un escudo virtual
Aunque los avatares expresen diferentes emociones en pantalla, lo cierto es que esta no pasa de una ilusión, y lejos de ser una desventaja, podría convertirse en su ‘as’ bajo la manga.
Al ser prácticamente inmunes a los comentarios de odio en internet, el factor psicológico sale de ecuación y también los problemas de salud asociados con este tipo de estrés. Si lo piensas mejor, este no es el único beneficio ya que los avatares no se cansan, no cobran grandes sumas de dinero y, como ya son figuras visuales, pueden ser adaptados a diferentes plataformas como videojuegos, publicidades y aplicaciones sin mayores modificaciones.
La mágica de la tecnología
Risa, saltos, expresiones faciales o simples caminatas al aire libre son producto de un gran trabajo de técnicos que literalmente construyen digitalmente a cada celebridad virtual. BBC explica este proceso de una manera simple.
Primero es necesario encontrar el cuerpo. Un actor pasea frente a las cámaras y realiza varios movimientos con sensores que registrarán su movimiento en puntos como manos, codos, piernas y cabeza. Luego estos puntos se acomodan y moldean de acuerdo a la figura y características del personaje. Finalmente viene la voz que, en la mayoría de ocasiones será doblada por una persona, aunque existen celebridades virtuales como Hatsune Miku, cuya voz es producida por un sintetizador.
Sin duda pasará un buen tiempo hasta que la fiebre por los VTubers se disipe, en el caso que lo haga, y mientras tanto los youtubers humanos deberán estar preparados para estos nuevos rivales en 2 y 3 D.