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Las victorias de Ucrania despiertan el fantasma de la movilización en Rusia

Las críticas no han cesado contra Vladímir Putin, quien dice que volverá a reagruparse para la ofensiva

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Una mujer viaja en el metro sentada frente a un cartel en el que se muestra a un soldado ruso, este martes en Moscú (Rusia).EFE/ Yuri Kochetkov

El repliegue ruso de la región ucraniana de Járkov, que limita con el Donbás, abre una nueva fase de la guerra en la que el Ejército ucraniano toma las riendas de las acciones militares tanto en el este como en el sur del país y hace pensar a algunos en Rusia en una posible movilización.

"El movimiento de nuestras tropas continúa", afirmó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al asegurar que en lo que va de mes el Ejército ha liberado "más de 6.000 kilómetros cuadrados de territorio" en el este y el sur del país.

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La viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Malyar, aseguró por su parte que durante la contraofensiva habían sido liberadas "más de 300 localidades" en la región de Járkov.

Agregó que el objetivo de las fuerzas ucranianas es proseguir con la contraofensiva hasta retomar por completo la provincia oriental, donde Rusia ya solo controla una pequeña franja, que limita con la región de Lugansk.

El gobernador de Lugansk, Serhiy Gaidai, aseguró que la contraofensiva ucraniana ya llegó a su región y que las fuerzas rusas abandonaron la ciudad de Kreminna, capturada en abril pasado por Rusia.

"Hoy, Kreminna está completamente vacía. El Ejército ruso ha dejado la ciudad y en ella ondea la bandera ucraniana", anunció en Telegram, hecho que calificó como el comienzo de la liberación a gran escala de la región de Lugansk, que Rusia dio por tomada completamente en julio.

En su retirada de la región de Járkov el Ejército ruso dejó los territorios sembrados de minas y cadáveres, según el Estado Mayor General ucraniano.

"El peligro de las minas en las ciudades y pueblos liberados sigue siendo alto, más de 70.000 kilómetros cuadrados en diez regiones están minados con municiones y explosivos", afirmó, al denunciar que cada día "se registran hasta 200 sangrientos crímenes de guerra cometidos por los ocupantes rusos".

El Ejército ucraniano reconoció que las tropas rusas ofrecen resistencia en el Donbás y particularmente en la región de Donetsk, "manteniendo los territorios capturados temporalmente y frenando la ofensiva de nuestras tropas en ciertas direcciones".

"El enemigo lleva a cabo misiones de reconocimiento aéreo y ataca a nuestras tropas, intenta recuperar las posiciones perdidas, mueve sus tropas", añadió.

El Ministerio de Defensa ruso, que se ha negado a reconocer la retirada de Járkov y califica esta operación de "reagrupación", aseguró hoy que sus fuerzas de misiles y de artillería lanzan ataques "masivos" en todas las direcciones operativas, incluido en el este y el sur.

Los ataques de alta precisión alcanzaron los puntos de despliegue temporal de unidades ucranianas en la región de Donetsk, según el portavoz castrense, Ígor Konashénkov.

Indicó que, además, golpearon tropas en localidades de las regiones sureñas de Mykolaiv y Zaporiyia, y de la ciudad de Járkov, en el este.

La reciente victoria ucraniana en el este del país ha sacado a primer plano el tema de una amplia movilización en Rusia y reavivado las polémicas al respecto.

"Una operación militar puede ser detenida en cualquier momento. La guerra no se puede detener, termina con la victoria o con la derrota. Me refiero a que estamos en guerra y no tenemos derecho a perderla", declaró hoy el líder de los comunistas rusos, Guennadi Ziugánov.

Por ello, defendió que "es necesaria una movilización total del país".

Esa opinión es compartida por muchos expertos y blogueros militares rusos: el líder chechén, Ramzán Kadírov, criticó los errores cometidos en el campo de batalla y se mostró dispuesto a enviar a 10.000 hombres al frente.

Los prorrusos destacaron que las fuerzas ucranianas en Járkov eran ocho veces mayores que las rusas.

"En estos momentos no estamos hablando de esto", de una movilización, afirmó por su parte Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, durante su rueda de prensa telefónica diaria.

Según la prensa, el presidente ruso, Vladímir Putin, considera que la mayoría de los rusos no está dispuesta a enviar a sus hijos a combatir en Ucrania.

En tanto, la Presidencia ucraniana presentó hoy un proyecto de recomendaciones sobre garantías de seguridad para Ucrania con la participación de Occidente, que suponen más armas para Ucrania y más sanciones contra Rusia.

"Necesitamos una fuerza militar lo suficientemente fuerte como para (...) causar un daño irreparable al agresor. Las garantías de seguridad tienen como objetivo ayudarnos a crear tal poder", afirmó el jefe de gabinete de la Presidencia ucraniana, Andriy Yermak.

El funcionario ucraniano, que presentó la propuesta junto al exsecretario general de la OTAN y antiguo primer ministro de Dinamarca Anders Fogh Rasmussen, señaló que este proyecto no busca sustituir el ingreso de su país en la Alianza Atlántica, sino que es un medio para garantizar su seguridad hasta que ocurra la adhesión.

Moscú reaccionó inmediatamente al proyecto ucraniano: el diputado ruso Leonid Slutski, presidente del comité de Asuntos Internacionales de la Duma (Cámara baja), señaló que esta propuesta está dirigida "a incrementar la confrontación con Rusia en vez de resolver la actual situación".

"No se trata de ningún tipo de garantías de seguridad sino de un pacto para implicar a los países de la OTAN y sus aliados en el conflicto de Ucrania", dijo.