
“Buen viento y buena mar”
En una vistosa pancarta, Douglas Maldonado y Cumandá Burbano resumieron sus sentimientos y anhelos hacia su hija Andrea. La pareja solo dejó de exhibir el enorme cartel hasta que el Buque Escuela Guayas se perdió por un ramal del estero.
En una vistosa pancarta, Douglas Maldonado y Cumandá Burbano resumieron sus sentimientos y anhelos hacia su hija Andrea. La pareja solo dejó de exhibir el enorme cartel hasta que el Buque Escuela Guayas se perdió por un ramal del estero.
La joven de 21 años es una de los 57 guardamarinas que ayer inició una travesía de 112 días, cuyo destino final es el puerto de Quebec (Canadá). La comitiva de la emblemática embarcación la complementan 21 oficiales y 90 tripulantes.
“Dios te bendiga... buen viento y buena mar” era parte de la leyenda en el rótulo que mostraban los esposos desde que arribaron a uno de los muelles de la Base Naval Sur, desde donde partió la nave.
Para Cumandá fue una especie de sentimientos encontrados: por un lado veía cumplir el sueño de Andrea, de pertenecer a la Marina; y por el otro, resignarse a que los cuatro meses sin verla son el preludio de que no la tendrá más cerca a su pequeña.
Eran las 09:00 y los familiares se concentraron a pocos metros del muelle para escuchar las palabras emotivas y de optimismo de los altos oficiales de la institución, encabezados por el contralmirante Mauricio Alvear, jefe del Estado Mayor de la Armada.
Tras las intervenciones de las autoridades navales se rompió el protocolo, para que padres, esposas, hijos y novias tuvieron unos diez minutos para despedir a su ser querido.
Mientras de fondo se escuchaba el pasillo ‘Romance de mi destino’, Adriana Banchón daba la bendición a su nieto Lin Barba, quien con este viaje se estrenaba como guardamarina.
Lin trató de ser fuerte, pero más pudo un abrazo de sus familiares y no logró ocultar algunas lágrimas antes de subir a la embarcación.
Por el contrario, Adriana mostró firmeza y pidió a su nieto que vaya a cumplir con su sueño de niño: servir a la patria desde el mar.
El tiempo se terminaba para la comitiva y el tripulante Jacinto Chong despedía con un beso a Yaritza, una joven con quien mantiene una relación de dos meses.
“Si bien es poco tiempo como pareja, pero de ella anhelo que me espere a mi retorno, para formalizar”, expresó.
El toque de silbatos desde el BAE Morán Valverde, atracado a pocos metros del Buque Escuela Guayas, anunciaba la partida de la tripulación.
En medio de la multitud estaba Isaac, de 8 años, quien no se cansaba de gritar en espera de ser escuchado hasta la nave a zapar. Quería ser escuchado por su progenitor, el cabo Ángel Asencio.
La insistencia de Isaac tuvo resultado: desde el buque su padre se despidió hasta el tiempo que lo pudo divisar.
Está previsto que el Buque Escuela Guayas arribe a Guayaquil el 5 de septiembre. Deberá cumplir 112 días de crucero, de los que 92 estarán en el mar, totalizando 9.500 millas náuticas.
Al inicio del recorrido, cerca de las 11:00, la banda de músicos que acompaña a la tripulación interpretó un popular mambo, como muestra de que emprenden un periplo en donde prevalecerá el optimismo y la alegría.
Arribos
El Buque Escuela Guayas tiene previsto llegar a Balboa (Panamá) el próximo 23 de mayo. El día siguiente arribará a Colón, puerto del mismo país. Continuará hasta Estados Unidos y Canadá.
Jornada
Entre las actividades que cumplirá la nave estará una regata internacional de grandes veleros, en homenaje a los 150 años de creación de Canadá.