“Si no producimos el petróleo necesario, no habrá recursos”
A fines de septiembre de 2024, Ecuador firmó el Pacto del Futuro de la ONU para acelerar los ODS y el Acuerdo de París
A fines de septiembre de 2024, Ecuador suscribió el Pacto del Futuro de las Naciones Unidas, que tiene como objetivo acelerar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París, impulsar una transición justa lejos de los combustibles fósiles. Para el consultor en temas petroleros Nelson Baldeón esa posición no es conveniente para el país, que todavía es altamente dependiente de los ingresos petroleros.
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- ¿Qué fue lo que se suscribió en la ONU en materia energética en semanas pasadas?
- Lo que se suscribió está relacionado con el Pacto del Futuro de las Naciones Unidas, que se alinea a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Este acuerdo implica que los países tienen que comenzar a reducir su producción petrolera con el objetivo de transicionar hacia energías verdes. Sin embargo, el problema es que si no cuentas con una industria petrolera eficiente, como en Dubái, que te permita generar el flujo de caja necesario para invertir en estas energías, te quedas atrapado.
- ¿Y qué posición adoptaron otros países de la región en esa reunión?
- Hubo una votación en la ONU, en la que países como Argentina y Venezuela se negaron a firmar. Argentina, por ejemplo, está incrementando su producción a un millón de barriles diarios, y Venezuela, pese a su modelo socialista, sigue vendiendo 300 mil barriles diarios a Estados Unidos. Estos países ven de manera pragmática que el petróleo sigue siendo la fuente de energía más barata y que es clave para la transición energética, ya que aún el 92% de la matriz energética global depende de combustibles fósiles. Ecuador, en cambio, firmó el acuerdo en un momento crítico, cuando necesita aumentar su producción de crudo.
- ¿Qué impacto cree que tendrá este acuerdo en la situación económica del país?
- Firmar un acuerdo que impone reducir la producción petrolera, en un contexto donde Ecuador no tiene inversión suficiente ni flujo de caja para la transición, genera más problemas. Actualmente, el país ya enfrenta un déficit histórico por la compra de combustibles, que supera los 7 mil millones de dólares. Si no podemos producir el petróleo necesario, no habrá recursos para pagar deudas, cumplir con el Estado ni atraer inversiones. Esto se refleja en el riesgo país, que no ha bajado de los 1.200 puntos porque no se percibe un flujo adecuado de ingresos petroleros.
- ¿El actual Gobierno está tomando decisiones precipitadas en este ámbito?
- Puede ser que el presidente no haya comprendido completamente las implicaciones o no haya sido bien informado. Firmar acuerdos que restringen la producción petrolera hace que los inversionistas extranjeros duden en entrar al país. Cerramos campos como el del ITT sin un plan claro, y eso agrava la situación. La realidad es que si no estimulamos la inversión y seguimos firmando estos pactos, el país no tendrá cómo cumplir con sus obligaciones, como el pago de sueldos públicos a finales de año.
- ¿Qué debería hacer el próximo gobierno en cuanto a la política petrolera?
- Lo primero es creer en el sector petrolero y tener la voluntad política de impulsarlo. Si Petroecuador sigue siendo ineficiente, lo mejor sería transformarla en una sociedad anónima, cotizada en bolsa, con un gobierno corporativo que responda ante cortes internacionales en caso de corrupción. Además, es urgente licitar los bloques petroleros restantes, como Sacha o el Bloque 16, que podrían generar ingresos significativos para el país.
- ¿La migración a contratos de participación no ha ayudado a incrementar la producción de crudo?
- Yo hice un análisis porque habíamos hablado con el viceministerio durante el cambio, y básicamente el tema es que la exviceministra y los contratos ya han comenzado a aplicarse en Ecuador. En Ecuador, todos los nuevos contratos que se están firmando son de participación. Esto beneficia al país, porque el Estado no tiene que invertir. Incluso en el sector de energías renovables, cualquier proyecto que implique riesgo para el operador será aprobado bajo esta nueva ley, de modo que el Estado no gastará nada. Esto es clave para que los contratos de participación se implementen rápidamente, ya sea en electricidad o en petróleo.