Los silencios periodísticos o quizá una cierta tibieza, han permitido, de alguna manera, la desatención de las autoridades, el mal uso de los recursos públicos, el abuso de poder, la corrupción, la desinformación’.
"Al final, sin necesidad de ley de comunicación, sin juicios penales, sin abogados, sin perros bravos, sin semiólogos de intendencia, La Posta XXX salió del aire"