Subastas poco competitivas y que dejan bajos ahorros para el Estado. Eso es lo que ocurre en las unidades médicas del IESS desde 2016. Pero en 10 provincias la calidad del gasto es peor. Lo revela un informe del Observatorio Ciudadano de Compras Públicas, que desde 2021 mantiene un acuerdo de cooperación con el Servicio Nacional de Contratación Pública enfocado en promover la transparencia a través del análisis de datos.

Cada año, en promedio, los hospitales y centros médicos del seguro social compran 165,9 millones de dólares de medicinas, insumos y otros servicios como limpieza, alimentación y seguridad, a través de subastas inversas electrónicas.

En teoría, esta herramienta de contratación permite conseguir los mejores precios, pues los oferentes pujan a la baja. Si al momento de la puja se presenta un solo oferente, se pasa a una sesión de negociación. Para ganar el contrato, el mínimo de la rebaja debe ser del 5 %, indica el art. 47 del reglamento a la Ley de Contratación Pública.

En las dependencias médicas, el promedio de ahorro es del 7 %. Pero en 38 hospitales y centros que están en Orellana, El Oro, Guayas, Esmeraldas, Manabí, Napo, Galápagos, Sucumbíos, Santa Elena y Los Ríos están en números rojos.

En hospitales como Teodoro Maldonado Carbo, el de Portoviejo, Manta, Babahoyo, Durán, Milagro, Machala, Tena y otros, la subasta inversa pierde todo sentido. Pues en 1 de cada 5 procesos de contratación se da un ahorro menor al 5 %.

En ese caso sería mejor ir directamente a la negociación y evitar las pujas, en las que la mayoría de las veces el ahorro es únicamente del 2,3 %.

Los montos en dólares establecen las dimensiones del derroche. En estas provincias, en seis años se adquirieron productos y servicios médicos por 406,6 millones de dólares. Su presupuesto referencial fue de 416,7 millones y el ahorro fue de apenas 10 millones.

Ocurre por la falta de competencia real. Casi un tercio de las compras se da con un solo oferente. Aun así, lo más caro adquiere en los procesos con dos oferentes. En esos casos, el promedio de ahorro es del 2 %.

Para Rubén Gallegos, experto en contratación pública, la razón de la ausencia de competitividad se da porque en estos procesos participan empresas o personas vinculadas entre sí. “Si van a puja, la ley les permite ganar con el mínimo de ahorro. En una subasta gana una empresa y en la siguiente la otra”.

Este Diario publicó en julio el caso del Hospital del Día Sur Valdivia, en Guayaquil. En seis procesos de contratación realizados en este año, por un monto de 2,1 millones de dólares, el ahorro fue de 36.000 dólares, apenas una variación de 1,5 % del presupuesto referencial. La razón: las seis pujas fueron solo con dos oferentes. Además, todas las compras fueron a personas naturales que actúan como intermediarios de los fabricantes o laboratorios.

El informe del Observatorio Ciudadano de Compras Públicas también arroja luces positivas. Por ejemplo, el Hospital de Especialidades José Carrasco Arteaga, en Cuenca, tiene la mejor eficiencia de gasto.

En subastas con un oferente logra un promedio de ahorro del 7 %. Con dos oferentes se eleva rápidamente al 13 % y cuando hay 10 participantes, la reducción del precio es del 43 %. Por la misma línea va el Hospital Carlos Andrade Marín, de Quito: con dos oferentes logra un ahorro del 8 % y con nueve empresas pujando llega al 30 %.

A más participantes, mayor es el ahorro. Aunque esta constante es común en algunas provincias como Santo Domingo, Azuay y Loja, hay casos excepcionales, como lo que ocurre en el Teodoro Maldonado Carbo.

En este centro de tercer nivel, el más grande del país, el 86 % de las compras se da en pujas donde participan entre uno y cuatro proveedores.

Al aumentar los participantes tampoco hay más ahorro. En las pujas con nueve oferentes el ahorro, en promedio, es apenas del 6,2 %. Significa, que en seis años se gastó $ 218 millones en esta modalidad de contratación. Su ahorró fue de $ 30 millones.

Las palabras de Francisco Andino, exgerente encargado del Hospital Teodoro Maldonado, arrojan luz sobre lo que allí ocurre. En 2021 dijo que un mismo proveedor participa a través de ocho empresas en una misma subasta.

• Montos. En 2016 y 2017, las unidades médicas del IESS compraban por subasta un promedio de 148,5 millones de dólares al año.

• Atípico. En 2018 y 2019, el gasto se elevó hasta un 70 %. Las compras por subasta inversa electrónica fueron de 173 millones de dólares en 2018 y de 249,1 millones de dólares al siguiente año.

• Pandemia. En 2020 en plena pandemia y emergencia sanitaria, el gasto por subasta bajó a 140,1 millones de dólares.