NOTA-DE-ROBERTO-AGUILAR
Lanzamiento. Xavier Lasso, del Fondo de Cultura Económica, aplaude al presidente de la Conaie, Leonidas Iza, durante la presentación de ‘Estallido.Cortesía

Octubre es el nuevo 30-s de la izquierda

Leonidas Iza presentó la segunda edición de su libro en el Teatro de la Casa de la Cultura. En esta ocasión, no secuestró a nadie

Octubre es el nuevo 30-S de la izquierda radical ecuatoriana: mitología fundacional, relato épico, fecha culminante del calendario litúrgico y, al mismo tiempo, motivo de sesudos análisis académicos, lecturas sociológicas, interpretaciones geopolíticas... Octubre inspira la creación de un nuevo arte revolucionario: es danza, canto, poesía... Metáforas vibrantes que pintan esos días de cruda violencia como “una lanza que atraviesa la historia ecuatoriana”, río en cuyo cauce “confluyen los arroyos que brotan de los páramos, las selvas y los llanos” bajo la roja insignia del “poncho que flamea en el combate” y “es cobija y sudario de las batallas cotidianas”. Octubre es martirologio y santoral. La legisladora correísta Jhajaira Urresta, por ejemplo, que ostenta su ojo de vidrio como una medalla que le confirió la Historia con mayúsculas, no permite blasfemias al respecto. Porque Octubre, en fin, es un acto de fe. El nuevo paraíso kitsch de la feligresía comunista.

Esta religión tiene su evangelio: “Estallido”, el libro del presidente de la Conaie Leonidas Iza. Su segunda edición, publicada nada menos que por el Fondo de Cultura Económica, la gigantesca editorial mexicana hoy consecuente con el espíritu filo chavista de López Obrador, se presentó esta semana en un acto no tan masivo en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura. Esta vez nadie fue secuestrado por el autor, quien fungió de predicador oficial en esta misa. Como monaguillo de excepción asistió el hermano del presidente de la República, Xavier Lasso, representante en el Ecuador de la casa editorial.

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Hubo recitación de poemas militantes que recordaron los tristes panfletos de cuando Pablo Neruda incitaba al nixonicidio y echaba piedras contra el imperio, pero sin un ápice de su lenguaje y su talento. Uno de esos poemas, incluido en el libro, recitado entre risas de sarcasmo, estaba “dedicado a María Paula Romo al calor de la represión”: “Usted, joven señora. / Usted, que ya ni es joven. / Usted, que ya no será señora (aquí el recitador lanzaba una carcajada)/... La ella. La esa. La otra. / Cualquier cosa impropia”. Ensaye una persona ajena a la religión octubrina a dedicar versos parecidos a, pongamos por caso, Jhajaira Urresta, a ver si no lo escrachan como rastrero exponente del heteropatriarcado.

Hubo también una coreografía que ponía en escena el fiero y desigual combate mantenido entre un grupito de indefensos jóvenes idealistas y un piquete de violentos policías de negro armados hasta los dientes. Una versión de la historia que tuvo su expresión poética en el canto del artista militante Rodrigo Caiza: “Nada más que su rostro plantado a las pistolas, / solo su cuerpo ante las tanquetas grises”...

Leonidas Iza
Durante cuarenta minutos exhibió la superioridad intelectual de su nuevo personaje: un intelectual que le gusta hablar en difícil. Cantinfladas, como siempre, pero en difícil.

Tomó brevemente la palabra Xavier Lasso para lamentar los intentos (no dijo de quién, no explicó cómo ni por qué medios) de “imponer un relato único” y de “invisibilizar lo que sucedió en octubre”, como si hubiera un gobierno con las capacidades de silenciamiento que tuvo el suyo. Leyó Andrés Tapia, coautor del libro, un discurso que tenía preparado, en el que hizo el elogio del intelectual orgánico y describió el terrible momento de crisis terminal que vive el capitalismo: cualquiera que lo oye se imagina que con soplarle, se cae. Cerró con broche de oro Leonidas Iza, reconvertido en un académico en toda regla, y durante cuarenta minutos exhibió la superioridad intelectual que le confiere su nueva personalidad: una que gusta de hablar en difícil. Cantinfladas, como siempre, pero en difícil.

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Así: “este libro para nosotros es absolutamente importante, donde aportamos desde la visión teórica, la visión académica, la construcción metodológica colectiva y que permitió llevar a la analítica que permita unificar, dentro de la razón y dentro de la construcción    científica, que rigurosamente necesitan las ciencias sociales y las ciencias políticas aquí y en el mundo”. O bien: “Octubre ha significado el establecimiento de condiciones de lucha para una normalidad asimilada para un resumen de la sociedad”. Y para colmo: “No pretendemos poses intelectuales sino escribimos desde el sujeto político”.

Que no hubo violencia en octubre de 2019, dice Iza, salvo la que vino de las fuerzas represoras del Estado. “Lo único que han aprendido y memorizado -protesta-, es el discurso vago de la violencia repetido como ventrílocuos de la clase dominante de manera homogénea. Nos siguen acusando de violentos: dejen de tener pereza intelectual, produzcan algo”. Como yo, le faltó decir, que he escrito un libro.

Solo Teorías: Cuando algún aficionado a la historia quiera, en el futuro, enterarse de los hechos ocurridos en el remoto octubre de 2019, el libro de Leonidas Iza no les servirá para nada.

Fase avanzada de la manipulación histórica: la elaboración teórica del instinto de negación. En ese punto se encuentra Leonidas Iza y en eso consistió la misa de esta semana en la Casa de la Cultura. Cuando algún aficionado de la historia quiera, en el futuro, enterarse de los acontecimientos que marcaron aquel remoto octubre de 2019 y recurra para ello al libro de Leonidas Iza, no se enterará de nada. Porque en ese libro, lo mismo que en el espectáculo de su lanzamiento, los hechos de octubre brillan por su ausencia. Iza y sus compañeros escamotean la realidad y la sustituyen por sus interpretaciones. Octubre, para ellos, es “el resultado del acumulado histórico de los procesos movilizatorios e insurreccionales”, la acción de “una máquina coactiva que instaló el terrorismo de Estado”, la “irrupción de la lucha estructural frente a los mecanismos de acumulación del capital”, etc., etc. Elaboraciones mentales que Leonidas Iza cree verdaderas porque han sido formuladas “desde el corazón mismo de los procesos históricos”. Es decir: porque las dice él.

¿Y los hechos? La participación del correísmo, la agitación del lumpen proletariado, la movilización de piquetes violentos en la capital con la consigna de apedrear vitrinas y apalear vehículos, la fabricación en serie de armas artesanales, el sabotaje de infraestructura pública, la privación de servicios (agua potable, comunicaciones) de las principales ciudades de la sierra central, el ataque a un cuartel militar en busca de armas, el secuestro, tortura y abuso sexual de policías, el secuestro y agresión a periodistas, la destrucción de ambulancias en servicio, en suma: el hecho incontrastable de que por primera vez una movilización indígena tuvo por objeto la intimidación de la población civil (lo cual es, de por sí, un dato histórico de la máxima relevancia para cualquier análisis), nada de eso se menciona siquiera. Quien lea los capítulos consagrados a la represión en el libro de Iza, o contemple la coreografía montada por sus seguidores, o escuche el poema a María Paula Romo, creerá que policías y soldados salieron armados con órdenes de hacer fuego a discreción. Que fue una masacre.

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Octubre es el nuevo 30-S: una falsificación histórica para construir un mito fundacional. En ese proceso de falsificación, Leonidas Iza ha dado un paso adelante: al principio bastaba con mentir y aferrarse a la mentira. Ahora se trata de teorizarla. Xavier Lasso aplaude y acolita.

  • Editores de lujo para iza

Pocos autores (probablemente ninguno) han tenido tanto éxito editorial con su primer libro. La primera edición, publicada el año pasado por Red Kapari de Ecuador (un proyecto de comunicación comunitaria que no edita libros, o por lo menos no los promociona) cuenta con aportes de todo el continente: editorial Quimantú, de Chile; El Colectivo, de Argentina; Zur, de Uruguay; Bajo Tierra, de México; La Fogata, de Colombia... De otra manera no se explica el lujo de la edición, sus 74 páginas en couché con fotografías a todo color magníficamente impresas, su tapa con el título grabado en alto relieve, su señalador de cartulina... Mucho billete, en fin, fruto de una red continental cuya existencia se empeña en negar el autor, aunque lo proclame la solapa. Esta nueva edición, de la gran editorial Fondo de Cultura Económica, de México, es cortesía de Xavier Lasso.