TAMARA ESPINOZA, ENTRE (9124911)
Tamara Espinoza, vicepresidenta de marketing de De Prati, muestra la ropa que gasta menos agua.Amelia Andrade.

La vestimenta ecológica es más que moda y tendencia

A las iniciativas de pequeños negocios locales se suma una importante cadena de tiendas. Hay esmero por cumplir con las normas del mercado europeo.

El nicho de compradores de ropa que al confeccionarla contamina menos crece en el país, pero en especial en Europa, a donde Ecuador exporta tejidos. Esto ha llevado a que de 60 empresas que forman parte de la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), 10 tengan programas enfocados a cuidar del medio ambiente en sus procesos, cumpliendo con las normas europeas.

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Las exportaciones aún son mínimas. AITE no precisó la cantidad, pero lo importante es que Ecuador ha empezado a caminar en la vía de la sostenibilidad y cada vez son más las empresas y emprendedores que se suman. He aquí algunos ejemplos.

La cadena de tiendas De Prati promueve la venta de ropa elaborada con algodón orgánico. Mientras que Bunky se encuentra trabajando en la producción de más de 5.000 pares de zapatos EcoBunky para la fase de lanzamiento, y estima producir 100.000 pares en el primer año, con opciones para toda la familia. El calzado está elaborado con desechos de tetra pak.

Este año el Aeropuerto Ecológico de Galápagos y Latam Airlines lanzó el programa de recoger botellas plásticas para confeccionar uniformes. Para una camisa se requieren 18 envases y para un pantalón, 15.

En el plan piloto del programa, más de 12.000 botellas que dejaron los turistas en el aeropuerto fueron enviadas a una fábrica en el territorio continental de Ecuador que da empleo a madres solteras, donde el plástico es convertido en tela.

En las redes sociales hay activistas que promueven elaborar mochilas con jeans desgastados, como Rafael Valdiviezo, que empezó con este emprendimiento en el 2020. A la fecha ha creado más de 2.000 con diferentes diseños y texturas. Las vende desde los 8 dólares. “La idea es reciclar, transformar y reusar”, señaló a Diario EXPRESO Valdiviezo.

La lista de ejemplos es larga, pero todo demuestra que Ecuador trabaja con más dedicación por ofrecer ropa ecológica. “Pero también en responsabilidad social, en usar energía limpia, en gastar menos agua”, precisó Javier Díaz, presidente de AITE.

En las cifras que maneja De Prati se nota el progreso que está teniendo la moda consciente.

“Empezamos con este proyecto en el 2020. Al inicio teníamos 5 proveedores del material ecológico y ahora son 28. Tenemos a 30 diseñadoras de De Prati que están haciendo creaciones para la marca Change”, indicó Tamara Espinoza, vicepresidenta de marketing de De Prati.

Al inicio se pensó que usar insumos ecológicos encarecería la prenda, pero no fue así, recalcó Espinoza.

Aunque de toda la producción mundial de algodón solo el 5 % es orgánico, De Prati ha logrado llegar a la cantidad necesaria para la confección.

Pese a que la mayor demanda de ropa ecológica está en Europa, Espinoza explicó que ahora la cadena de tiendas se enfoca en el mercado nacional, aunque no descarta a futuro exportar estas prendas de moda ecológica.

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Según la Agencia Europea del Medioambiente, la industria textil es la cuarta que más contribuye al cambio climático, tras la de alimentación, vivienda y movilidad. Y es la tercera en uso de agua. De allí que elaborar jeans que requieren menos agua para lavar también está en boga.

Los entrevistados enfatizaron que la moda consciente va más allá del cuidado del medio ambiente, porque también se esmera en el respeto a los derechos de los colaboradores y en dar opciones de trabajo a grupos vulnerables.

Otras acciones: 

  • Norma en la UE: La Unión Europea (UE) trabaja en una norma para que la ropa contamine menos. La industria de la moda factura unos 166.000 millones de euros al año en la UE y emplea a 1,7 millones de personas, según Eurostat. En el 2020 importó 69.000 millones de euros.
  • Posconsumo: En seis países europeos, casi 500.000 toneladas de textiles posconsumo podrían recuperarse para fabricar nuevas prendas mediante su reciclaje, según un informe de Fashion for Good. Los análisis fueron hechos en Bélgica, Alemania, Países Bajos, Polonia, España y Reino Unido.