Quito

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Los vecinos buscan defenderse con palos u otros objetos.Karina Defas.

Vecinos de La Ecuatoriana se atrincheran en sus viviendas por auge de la delincuencia

La presencia de posibles antisociales preocupa    a la gente del sector.

Los moradores del barrio La Ecuatoriana, sur de Quito, arman campos de guerra para frenar a la delincuencia. Para evitar ataques de los antisociales, blindan sus viviendas con equipos de seguridad privada. Y para cuidar su integridad, cuando salen a trabajar se defienden con palos y machetes.

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Numan Jaramillo vive desde hace media década en este sector. Hace un año convirtió su casa en una trinchera. La equipó con cámaras de videovigilancia, cerco eléctrico, alarmas y alambre de púas. Dice que lo hizo para sentirse más seguro, después de ser    víctima de un robo en su domicilio.

Según él, los delincuentes llegaron a la terraza de su vivienda, tras trepar por la fachada, apoyándose en cables y barrotes de las ventanas. Se llevaron electrodomésticos, ropa y otros objetos de valor.

Cada mañana y noche, este sitio se convierte en un campo minado para él, porque debe sortear la presencia de pillos para ir a su trabajo e ingresar a su casa, por la noche.

“A las 05:00 ya están los ladrones merodeando. Salgo con un palo, pero primero me percato de que no haya nada raro en la calle. Al regreso, a las 22:00, es lo mismo. La última vez me siguieron entre dos y me libré porque alcancé a correr”, añade.

Según el jefe del Distrito Quitumbe, Joan Luna, este sector está intervenido por la Policía, y con la colaboración de las Fuerzas Armadas realizan operativos de control sorpresivos.

“Estamos trabajando con grupos de inteligencia para capturar a las bandas delictivas que operan en la zona. Desplegamos personal en puntos claves, donde los problemas son crónicos. Gracias a esto desarticulamos una banda que operaba en las paradas de buses”, agrega.

Pese a la ola de inseguridad que enfrentan los vecinos de este sector, Cristian Recalde manifiesta que no cederán terreno. La mejor estrategia que tienen es “cuidarse entre todos y estar pilas” si a algún vecino le pasa algo, para sonar la alarma. “En la manzana donde vivo nos cuidamos entre cinco casas. A más de las alarmas, también tenemos el botón de pánico, vigilancia policial y de nuevo se retomarán las rondas nocturnas”, agrega el joven.

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El jefe del Distrito señaló que tras reunirse con los vecinos, activaron alarmas comunitarias en diez manzanas. “Es bueno que como ciudadanía tengamos una cultura de seguridad. Para que la gente no corra riesgos, nosotros enviamos un experto en la materia para que reconozca los sitios vulnerables de las viviendas, les asesore y sugiera alternativas de seguridad, físicas y tecnológicas”, finaliza Joan Luna.