La    libertad está en el aire. En los parques, en los bosques, canchas de fútbol y piscinas se oyen las carcajadas de niños y adultos.

Con la reducción de los casos de coronavirus, las actividades al aire libre han vuelto. Si hace sol o si llueve, si las montañas alrededor de la ciudad amanecen coronadas de nieve o si el cielo asoma de un azul escandaloso, todos los días hay grupos de deportistas o de baile en los espacios públicos.

En la avenida Cardenal de la Torre, en el sur, los jóvenes del club de patinaje Slalom atraviesan veloces una cancha de básquet convertida en pista de patinaje sobre ruedas.

Además de hacer ejercicio se preparan para competir con otros clubes. Antes de definir quién es el más veloz, los niños patinadores se acomodan las rodilleras, coderas y muñequeras. “En sus marcas, listos, fuera”: los cronómetros se activan y los niños luchan por el primer lugar y por los aplausos.

Para Emilia Llanos, quien hace patinaje en hielo y juega hockey en el patinódromo de la Concentración Deportiva de Pichincha, este deporte enseña constancia, resiliencia y a conseguir las metas con esfuerzo. La última semana ya no solo han regresado los patinadores, sino que en los partidos se permite el público.

En Carapungo, en el norte, un pequeño parque se llena de música de 08:00 hasta las 09:30. Son mujeres que, vestidas de licra y con los cabellos recogidos, saltan, mueven los brazos, menean las caderas o la cabeza guiadas por su profesora de bailoterapia Amhi Viveros. Unas tratan de perder peso, otras se tonifican o se llenan de energía para iniciar el día.

En la ciudad todavía rige el uso obligatorio de mascarilla en la calle. Pero no todos cumplen. Dicen que la mascarilla les incomoda y no permite que pase bien el aire.

Pero lejos de ser motivo de escándalo, las personas, con o sin mascarilla, comparten los espacios abiertos. “Hay que superar la pandemia, ya han pasado dos años”, dice Yolanda Juján, quien asiste a un curso de baile tradicional en Solanda.

Poco a poco la ciudad se despierta de la letanía. Los fines de semana están abiertos los senderos como el Chaquiñán, de Cumbayá, o hacia Ilaló, en Los Chillos. También se puede visitar los volcanes Pichincha o Pululahua a través de caminatas      que duran dos o tres horas.

Para los que prefieren las actividades más tranquilas en las Casas Somos, del Municipio, se dan clases de dibujo, pintura, se enseña guitarra y más.

En las piscinas, las clases de natación ya se encuentran entre las ofertas del Consejo Provincial de Pichincha. Así, de a poco, la gente pierde el miedo y disfruta de los deportes.

Sur. En las canchas de la avenida Cardenal de la Torre, los niños del club de patinaje Slalom practican todos los días sus destrezas sobre ruedas.

La oferta para marzo

Tras dos meses de cerradas sus puertas, el Patronato San José abre sus nueve centros de Experiencia del Adulto Mayor y sus cuatro casas Metro Juventudes. Para este mes, el Patronato reabre 23 talleres para jóvenes de 14 a 35 años y 25 talleres para adultos mayores. Para los más jóvenes se imparten clases de artes marciales, baile tropical, break dance, canto, defensa personal, yoga, entre otros. Para los abuelos, hay cursos de bailes de salón, yoga, ajedrez, tejer, música y más.