Que “no se cayó” el proceso, solo se reinició. Que el consorcio Metro Medellín y Transdev nunca fue el operador designado sino un oferente interesado. Que el Sercop no frenó el proceso, porque la fase precontractual no había iniciado todavía. “Simplemente se relanzó esta pequeña etapa preparatoria de estudio de mercado”, indicó Santiago Guarderas, alcalde de Quito.

Estas fueron las explicaciones que, junto con el gerente del Metro de Quito, Efraín Bastidas, y Roberto Custode, gerente de operaciones del Metro, se dieron sobre el problema en la selección de la empresa internacional que manejará el Metro de Quito durante 6 años.

Según Guarderas, el 15 de julio pasado, el Metro de Quito seleccionó al oferente que sería invitado para iniciar la etapa precontractual. Pero en esta fase se detectó una inconsistencia en la oferta presentada por el consorcio franco-colombiano. El meollo estuvo en el precio. “Debido a que las prácticas internacionales son diferentes a las particularidades que se establecen en la legislación local, la cual no permite cambios o reajustes en la fase de negociación de la etapa precontractual. La oferta presentada no incluía los montos atribuibles a la inflación, que siempre deben estar presentes como exige la normativa ecuatoriana”, dijo Bastidas.

Más allá de los aspectos legales y de contratación pública, lo importante es conocer cuándo comenzará a funcionar el sistema de transporte más moderno del país. Según los funcionarios este relajamiento no modificará la fecha: diciembre de 2022. “Si bien ha habido esta circunstancia, de ninguna forma afecta el cronograma que se ha planteado el Metro de Quito”, sostuvo el alcalde.

Bastidas agregó que desde el 1 al 19 de agosto se recibirán las propuestas de las empresas públicas que estén interesadas en operar el Metro de Quito.

Después se elegirá la oferta que sea mejor para los intereses de la capital. El siguiente paso es invitar a la empresa para que pase a la fase precontractual y finalmente se espera firmar el contrato en septiembre.

Luego de conocer este problema, la concejala Paulina Izurieta dijo que le preocupaba que no exista una certificación presupuestaria plurianual, que garantice el dinero para sostener este contrato.

Sobre este punto, el alcalde lo negó rotundamente y aclaró que esos documentos se deben preparar para la fase precontractual, que sería la segunda etapa. En este momento, que es la primera etapa, se trata de establecer la mejor oferta.

Para los quiteños, esta noticia generó preocupación. Carolina Castillo indicó que las autoridades “no se están tomando en serio las cosas”, sobre todo porque el funcionamiento de este sistema de transporte, cambiará la situación de la congestión vehicular, pues cada día puede movilizar a un aproximado de 24.000 pasajeros.

Alejandro Iza dijo que sentía tristeza por la situación de la capital, pues hay otras ciudades más organizadas como Cuenca. Mientras que Rolando Brito dijo que era escéptico de que en diciembre comience la operación. “Ojalá que mis nietos lo puedan utilizar algún día”.

Mientras este proceso de selección de la operadora avanza, la Alcaldía afina otros aspectos como la construcción de rampas de acceso universal, ampliaciones de aceras, reparación de bordillos, ampliación de parterres, habilitación de cruces peatonales y la colocación de 105 bolardos y adoquines podotáctiles que ayudarán a que las personas con problemas de movilidad o con alguna discapacidad puedan usar el Metro de Quito.