Las recetas tradicionales también evolucionan, y la fanesca no se queda atrás. A la amplia variedad de preparaciones que en la última década ha modificado el platillo colonial de la Semana Mayor, se suma la fanesca de dulce, un platillo del que pocos han escuchado.

Más que una sopa, es una bebida con una curiosa preparación. “Algunos lo confunden con el tradicional Jucho (bebida hecha con capulí). Pero no. Esta tiene su ‘secretito’ particular”, explica Rosa Tenezaca, quien prepara el peculiar brebaje en el mercado de La Magdalena desde hace ocho años.

Esta lleva doce frutos, en tributo a los doce granos de la fanesca de sal, y se la puede beber o servir como acompañante a este platillo.

Incluye manzana, pera, uva, durazno, claudia, mora, mortiño, uvilla, frutilla, babaco, guayaba y capulí. El ingrediente especial, explica Tenezaca, son las especias, entre ellas canela, ishpingo, clavo de olor, anís, pimienta dulce, hoja de naranja, hierba luisa y cedrón, que le dan aroma y un sabor especial.

Cada fruta tiene su relación con la fanesca tradicional. La manzana se asocia al zapallo, las peras con el zambo, las uvas con el melloco. Rosa comenta que el pescado se reemplaza por el capulí, fruto que se da una vez al año. 

Para elaborarlo, la cocinera invierte $ 25, que rinde para treinta porciones, y cada una se vende a $ 1.50.