Un olor a contaminación en el Túnel Guayasamín se acumula y obliga a cerrar los vidrios a cualquiera que pretenda cruzar por allí. Un carril de ida, otro de venida y el de emergencia son usados los tres incluso fuera de las horas pico. Si ocurriera un accidente, el túnel se transformaría en un corcho de difícil acceso hasta nuevo aviso.

Por esto, desde 2016 se planteó la Solución Vial Guayasamín, un puente paralelo al túnel y un intercambiador en la Plaza Argentina que recibieron una fuerte oposición en 2018. Desde allí, el proyecto ha quedado en ‘veremos’.

• Trazado vial: Está en duda la ruta que tomaría la construcción de la Solución Vial Guayasamín. Después de que el primer diseño fue cuestionado por varios colectivos, se lo descartó y la nueva propuesta no ha sido socializada.
• Costo total: Por la cantidad de pendientes por definirse que tiene la obra, el costo total, según el concejal René Bedón, es todavía un misterio. Se deberá prestar especial atención a los costos que se derivarán de la reubicación del barrio Bolaños.
• Impacto social: Lo único que está asegurado de la Solución Guayasamín es que su trazado vial debe pasar necesariamente por el barrio Bolaños, lo que generaría la reubicación y compensaciones para quienes actualmente viven allí.

Ya en 2021, se dieron los primeros avances en la administración de Jorge Yunda. El 25 de agosto pasado la Empresa de Movilidad y Obras Públicas (EPMMOP) dio paso a la firma de una adenda al contrato con la empresa China Road and Bridge Corporation (CRBC), la misma que ahora es dueña del Hotel Quito, por 130 millones.

Sin embargo, son pocas las cosas que están en claro según el concejal metropolitano René Bedón. Él y el edil Omar Cevallos se opusieron a la firma de esta adenda, puesto que no resolvía puntos importantes como la definición del trazado vial que seguiría.

Para Bedón, la sola firma de la adenda no es causal suficiente para que puedan iniciarse los trabajos de construcción.

EXPRESO consultó con la EPMMOP acerca del estado del proyecto y desde allí indicaron que mantuvieron una reunión con las autoridades de CRBC el pasado 8 de noviembre, aunque no dieron más detalles. Además, especificaron que es esta empresa la que está a cargo de realizar el acercamiento con los moradores del barrio Bolaños y plantearles alternativas de reubicación “y llegar a acuerdos con los moradores de dicho sector para evitar el impacto social”, algo que desde esa dependencia municipal consideran como el “problema más grave”.

En esto coincide el edil Bedón. Son 64 familias las que se ubican en el barrio Bolaños y deben consentir la solución vial propuesta.

Esta localidad, ubicada a un lado de la carretera que conecta a Quito con el valle de Tumbaco, no necesariamente se opone a la reubicación, pero sus moradores cuentan que ninguna autoridad (ni municipal ni privada) les ha ofrecido planes de reubicación.

“De palabras nos han dicho que nos van a ‘mandar’, que nos van a sacar, pero nadie nos ha propuesto nada”, enfatiza Martha Guamanzara, quien ha vivido por cinco décadas en el barrio Bolaños.

“Nos preocupa que no nos digan nada, porque aquí tenemos nuestras casas, nuestros sembríos. ¿Cómo nos van a cambiar de la noche a la mañana de nuestro barrio?”, cuestionó Gladys Simbaña.

Pero estos no son los únicos cuestionamientos. La Contraloría General del Estado emitió un examen especial en el que se detallan algunos incumplimientos de la obra. Para ese entonces (2018), tampoco estaba claro el costo final, ni la fecha de construcción, aparte de que los diseños definitivos del trazado no fueron entregados a tiempo y falta claridad en los aportes de la EPMMOP a la CRBC.

El único tramo del proyecto que ha logrado ser construido es de aproximadamente 280 metros, un pequeña calle, la Juan Boussingault, que conecta temporalmente con la entrada del Túnel Guayasamín.