La sorpresa fue la reacción más común ayer en el norte de Quito, cuando los usuarios de los buses de la Cooperativa de Transporte Guadalajara escucharon que había una nueva tarifa de 35 centavos.

Para los conductores, fue un día de explicaciones: que la operadora ya cumple con los parámetros de calidad y que tiene autorización del Municipio de Quito para cobrar más que los otros buses. Y que además es la única, de 65 operadoras, que hasta ahora ha superado la etapa de evaluación en el proyecto de mejoramiento del servicio del transporte urbano.

“Hay demasiada confusión. Ahora, capaz todos han de querer cobrar la nueva tarifa”, comentó Mariana Tipán, usuaria del medio de transporte.

Pero Gabriela Lincango, que se transportaba desde Llano Grande hasta El Ejido y reconoció que el servicio ha mejorado, comentó, “vale la pena pagar un poco más. Lo único a lo que hay que ponerle atención es en el cumplimiento del aforo”, expresó.

Según Guillermo Abad, secretario de Movilidad, esta cooperativa pasó de la fase de evaluación a la de fiscalización, lo que significa que también estará sujeta a las sanciones por incumplimientos a los parámetros de calidad en las unidades.

“Tendremos las pruebas registradas a través de los dispositivos electrónicos instalados en los buses”, agregó.

Para ello existe un sitio web de monitoreo constante en donde se registran los movimientos de las unidades, las paradas, la velocidad en la que circulan y los nombres de los conductores en tiempo real.

“Ya tenemos 1.800 buses monitoreados pero solo 60 (de la cooperativa Guadalajara) cumplen con todos los parámetros”, dijo el funcionario.

Lo que no existe aún es plazos definidos para que las otras cooperativas se sumen al servicio.