Quito

JARDINERAS A
Arte. Quioscos y jardineras en el sector de La Mariscal han sido embellecidas por más de 50 artistas.Gustavo Guamán

Apropiarte, un proyecto busca la apropiación positiva del espacio

Una intervención en La Mariscal busca democratizar al arte y enseñar a los ciudadanos a apropiarse de su contexto y cuidarlo

La comerciante Olga Toctaquiza recuerda con cariño los tiempos en los que ella jugaba al trompo cada vez que observa el arte pintado en su quiosco en las avenidas Amazonas y 18 de Septiembre. “Vamos unas ‘duraditas’ ¿qué trompo baila más? El de en medio se cayó y el otro sigue ahí bailando”, dice mientras rememora tiempos de antaño. Al otro costado está pintado un hombre de blanco con sombrero que carga una carretilla, un vendedor de ponche decora su puesto. “A mí me gusta el mío. La tradición ya se va perdiendo, pero está (pintada) para que siga existiendo”.

Como este, cada uno de los quioscos presentes en la zona de La Mariscal de la avenida Amazonas están pintados con motivos tan distintos como un colibrí, una joven con un gato, un retrato que te mira fijamente o un ojo que parece alienígena. Algunos transeúntes se detienen a observar mientras quienes allí laboran comienzan a colgar sus productos. Pero esto forma parte de un proyecto más grande que se gestiona desde la Administración Zonal La Mariscal, en conjunto con cuatro organizaciones: la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), el colectivo El Útero, la Policía Nacional y el Mercado Artesanal.

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Ruta. El proyecto apunta a la apropiación positiva del espacio para incidir en la seguridad de la zona.EXPRESO

Esta iniciativa recibe el nombre de ‘Apropiarte: apropiación positiva desde el arte’ y busca que los ciudadanos se vuelvan los dueños del espacio público para así contribuir a su embellecimiento, mejor utilización y conservación.

A la cabeza del proyecto está una enamorada, Mónica Espín, responsable de Participación Ciudadana de la Administración Especial Turística La Mariscal. Y como todo buen apasionado, explica las cosas con maestría: “Es una herramienta pedagógica-lúdica de democratización de la cultura, pero que enseña a la ciudadanía a cuidar y apropiarse”.

El inicio de Apropiarte surge en 2019 luego de que las organizaciones aplicaran a fondos de participación ciudadana. Se encontró que todas las propuestas giraban en torno al fortalecimiento de la seguridad a través de la apropiación positiva del espacio público utilizando al arte como herramienta, como resultado se las unificó en una sola.

Y el proyecto comienza a tomar forma cuando los estudiantes de la PUCE hacen un estudio para determinar los sitios que la comunidad ubica como inseguros, determinando así las esquinas y calles donde se dieron las manifestaciones artísticas para darles una percepción de seguridad. “Cuando tú empiezas a darle utilidad al espacio, este tiene otra connotación. Ya no es un espacio para pasar e ir, sino que es un lugar donde quedarte y hacer vida, hacer dinámica”, detalló. De esta manera se concreta una ruta cultural que parte de la av. Mena Caamaño e Isabel la Católica y termina en la José Tamayo.

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Con un presupuesto de 37.000 dólares se logró intervenir: jardineras adornadas, basureros, murales, flores, galerías itinerantes, bancos y hasta tableros de ajedrez. Además, los 58 artistas que participaron en el proyecto fueron recompensados. “El artista plasma su idea y nosotros también tenemos que contribuir y reconocer su formación”, declaró Katia Narváez, administradora zonal de La Mariscal. La pandemia de la COVID-19 obligó a que el proyecto se centre en las manifestaciones artísticas como eje principal.

Espín menciona que los resultados del proyecto son más que todo cualitativos. Para justificarlo recuerda la historia de un señor que se levanta todos los días a dar de comer a las palomas en una de las esquinas intervenidas. Cuando colocó bancos como parte del proyecto Apropiarte, él lo agradeció profundamente y ahora los utiliza. Así, ella mencionó varias historias de gente que utiliza estos lugares. “Cuando te vinculas con el espacio, te vas sintiendo más cómodo y, por lo tanto, más seguro”, mencionó la directora.

En 2022, la entidad municipal prevé continuar con el desarrollo del proyecto mediante la colocación de luminarias que le den énfasis al trabajo artístico aún en la noche y ayude a disipar la sensación de inseguridad.

“Es salir del encierro y encontrar un espacio reactivado”, concluyó Narváez.

“Es fundamental que existan estas propuestas”

En el proyecto Apropiarte participaron artistas de ocho ‘crews’ que forman parte de la Corporación Cultural de la Calle, una agrupación que reúne a creativos de todo Quito. Ellos fueron escogidos por la Administración Zonal La Mariscal para decorar las áreas propuestas por la PUCE. Para Carlos Villavicencio, representante de la corporación, es importante la consolidación de las iniciativas con la sociedad civil. “Es fundamental que existan estas propuestas dadas desde la institución”, comenta y recoge que los entes gubernamentales son cada vez más receptivos a las iniciativas que pretenden destacar los elementos culturales y representantes artísticos.

Componente cultural

Los espacios cotidianos son embellecidos mediante manifestaciones culturales y artísticas, democratizando así la cultura con murales, galerías al aire libre y personajes de la literatura, y del contexto ecuatoriano. También hay un componente de interacción que se da por elementos que transforman al espacio en algo lúdico. Espín recuerda cuando se implementaron aros de básquet encima de los tachos de basura y que fueron utilizados por los estudiantes para encestar con la basura que producían.

Arte al aire libre

“Una de las limitantes del arte es que estás en una galería, en un museo y no todo el mundo tiene acceso a eso”, enfatiza la directora del proyecto Mónica Espín. La propuesta de una galería itinerante busca sacar el arte al espacio público para que cualquier persona pueda disfrutarlo sin necesidad de acudir a museo o pagar una entrada. Los espectadores pueden admirar las obras exhibidas y concretar la adquisición de una pieza, sino se cambiarán los cuadros cada seis meses.

Lugares más seguros

A partir del estudio de la PUCE sobre los lugares que la ciudadanía identificaba como peligrosos se procedió a crear instalaciones que puedan disipar esa sensación de inseguridad, pero también que funcionen como una ruta que el ciudadano pueda recorrer y con la que pueda interactuar. Se busca además que el recorrido evidencie lugares que de otra manera pasarían desapercibidos para la ciudadanía como la palmera patrimonial ubicada en la avenida Vicente Ramón Roca.