Un año y dos meses después de las protestas de octubre de 2019, el Centro Histórico de la capital amaneció sin las vallas y alambre de púas que desde los incidentes se habían colocado para evitar el acceso de la Plaza Grande.

Así lo señaló la Asamblea Ciudadana del Centro Histórico, quienes desde el año pasado habrían solicitado al Gobierno y al Municipio la remoción del equipamiento.

“Muchos negocios se vieron afectados o tuvieron que cerrar, no solo por la pandemia, sino por esas monstruosidades con las que bloqueaban los accesos cada vez que había una protesta, así fuera de menos de diez personas, y los obligaban a cerrar”, comentó Juan Barrios, miembro de la asociación vecinal y de comerciantes.

Los objetos fueron trasladados hasta el Regimiento Quito Nº 2, en la calle Manabí, donde permanecerán por ahora.

La medida responde a un plan integral de reactivación turística y económica diseñada para el sector que empezó a prepararse a fines de 2020.

El plan también cuenta con un refuerzo policial del sector y distintas iniciativas sociales para disminuir el número de personas indigentes que habitan ahí, así como varias propuestas turísticas y recorridos peatonales para dotar de nueva vida a las calles y atraer a los quiteños nuevamente al centro.

Aun así, el coronel César Carrera, comandante de la Unidad de Mantenimiento del Orden del Distrito Manuela Sáenz, señaló que la decisión se mantendrá siempre y cuando no se generen nuevos desmanes o actos de vandalismo.