Quito

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Situación. La UPC de Promoción Familiar, en el sur de Quito, se convirtió en residencia para los policías de otras provincias. Ellos hacen el mantenimiento.ANGELO-CHAMBA

Solo el 30 % de las UPC en Quito funciona

Desde problemas pequeños como libadores en la calle, hasta robos que no son atendidos, los quiteños sufren la ausencia de una verdadera Policía Comunitaria

Música a todo volumen para atraer a los clientes. Botellas de cerveza arrojadas en la calle y las paredes de una vivienda convertidas en urinario público.

Todos los fines de semana, Guadalupe Guevara debe soportar el alboroto que hacen los jóvenes que consumen licor y cervezas en la esquina de su casa. A pocos metros de allí funciona un negocio, que por las mañanas es tienda de abarrotes y por las noches, licorería.

“En el Día de la Madre fue espantoso. Dos días sin poder dormir por las riñas y por la música”. Lo más triste de su situación no es que los jóvenes tomen, se droguen o armen fiestas en la vía pública, “hasta normal a esa edad, lo peor es que no hay un solo policía que nos ayude”.

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La UPC más cercana a su casa está a 200 metros y es del barrio Promoción Familiar. Pero está cerrada hace más de un año. A un kilómetro de distancia está la UPC de Barrio Nuevo. Esa a veces está cerrada y a veces abierta. La UPC de El Calzado se encuentra a unos 600 metros de la casa de Guadalupe. También abre por horas y casi nunca por las noches.

“Es por falta de personal”, repiten cinco policías que laboran en estos barrios.

La situación es generalizada y afecta a toda la ciudad. Solo el 30 % de las UPC funciona las 24 horas del día, los siete días de la semana. El 53 % opera por turnos y el 17 % está en abandonado, indica un estudio del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudad.

En la UPC de Promoción Familiar no hay equipos como radios, patrullas o computadoras. Las ventanas están tapadas con cortinas hechas con retazos de sábanas. Y por afuera la hierba crece y el agua de un sifón se filtra. La pintura, por el deterioro, se descascara.

Uno de los policías del sector dice que allí es vivienda de los policías que vienen de otras provincias. “No son instalaciones dignas, pero no hay más”.

La falta de una UPC hizo que Carolina Andrade deambulara de un lado a otro en busca de ayuda. “Llamé al 911 y no mandan un patrullero, me fui a la UPC de Chaguarquingo y no había nadie”. También acudió a la UPC de Chimbacalle y el mismo panorama: luces apagadas y puertas cerradas.

“Ese día se metieron dos ladrones a mi casa. Estábamos dormidos y los perros ladraron. Cuando prendimos las luces, los ladrones se subieron a la terraza y nosotros salimos de la casa corriendo”.

Querían que la policía revisara la casa antes de volver a entrar. Pero la UPC abierta estaba a 7 kilómetros. “Entramos después de una hora y ya se habían ido por la casa de al lado”.

En mi barrio no hay una UPC que funcione. Siempre está cerrada. Si uno tiene una emergencia no hay nadie a quien acudir por ayuda.


Lorena Álvarez
moradora del sector San José de Mojas

Hay que reconocer que aunque está cerrada la UPC, todas las mañanas he visto patrulleros, sobre todo alrededor del colegio.

EdIxon Trujillo
morador del barrio Promoción Familiar

  • En Quito hay 280 Unidades de Policía Comunitaria y de Vigilancia Comunitaria hay en Quito. De estas funcionan todos los días y las 24 horas el 30 %. Otras operan por turnos.

Municipio y Policía analizan la situación

El comandante de la Policía, Fausto Salinas, dice que el problema de las UPC cerradas es la falta de personal. Para el 2023 está previsto que la seguridad de la urbe se refuerce con la incorporación de 3.000 agentes. Sin embargo, el oficial explica que el problema es más amplio pues se necesitan de ordenanzas que sancionen, por ejemplo, la tenencia de armas blancas como cuchillos o que los borrachos que usan los parques reciban alguna multa. Para la secretaria de Seguridad de la Alcaldía, Daniela Valarezo, lo urgente es reforzar el modelo de policía de cercanía, comunitaria, pues los agentes de las UPC deben conocer las necesidades de los moradores, las zonas inseguras, dónde venden drogas o hay riegos. Los barrios esperan una policía cercana a sus necesidades. 

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San Bartolo. Esta UPC se encontraba cerrada el pasado jueves. Los habitantes del barrio dicen que la más cercana y que funciona 24 horas es la de Solanda, a tres kilómetros.ANGELO CHAMBA