Después de casi 30 años, la avenida De los Conquistadores, arteria principal que atraviesa el sector de Guápulo, centro norte de Quito y que, además, es una conexión directa hacia los valles a través de la avenida Simón Bolívar, finalmente es intervenida por la Empresa de Obras Públicas (Epmmop), a lo largo de sus 3,5 kilómetros.

La obra durará seis meses y las tareas arrancaron el pasado lunes, pero las molestias y regocijos de los habitantes tampoco se hicieron esperar.

Mientras la maquinaria pesada removía el adoquín y capas de asfalto que, en su momento, remendaron los baches de la vía, moradores como Martha Ramón cruzaban por un costado de la empolvada calzada. Dijo estar satisfecha ante estas medidas, principalmente porque es la primera vez, desde hace tres décadas, que las autoridades los voltean a ver para darles una obra tan importante.

“Esto parecía un pantalón lleno de remiendos. Tenía parches por todos lados y los huecos seguían apareciendo por doquier. Los carros se dañaban. El tráfico era terrible. Esta vía es un desfogue hacia los valles, sur y norte, y se debe mantener en buen estado”.

Pese a que debe caminar alrededor de 30 minutos para llegar al parque de La Floresta, donde toma un bus para desplazarse a otros puntos de la urbe, ella se muestra satisfecha. “Hay que hacer un sacrificio si se quiere vivir mejor. Solo esperamos que la obra dure y que las autoridades hayan contratado a gente que sepa y que también el material que usen sea bueno”.

Según el ingeniero residente de la obra, Mauricio Fabara, se seleccionaron los mejores elementos para que esta vía cuente con adoquines de primera clase y dure 30 años más en buen estado, siempre y cuando se le dé el mantenimiento adecuado.

“El material que estaba puesto ya cumplió su vida útil. Sabemos que genera incomodidad en la gente, pero les pedimos paciencia. Esta obra cuesta aproximadamente un millón 100 mil dólares. Trabajaremos de seis de la mañana a seis de la tarde para cumplir el plazo establecido de entrega”.

Después de la remoción, se mejorará la capa base de la vía, se revisarán acometidas de agua, es decir, el sistema de drenajes y sumideros para que no se desprendan las estructuras ya fijadas y, finalmente, se colocará el material. El diseño de nuevas aceras y bordillos también está considerado.

Conocer que estos serán los resultados finales es lo que motiva a Oswaldo Taco a madrugar 30 minutos antes de lo normal para salir a dejar a su pequeña hija de 5 años a la escuela.

Contó que normalmente salía de casa a las 06:00, pero desde el lunes lo hace a las 05:30, para caminar un tramo hasta la parada de busetas o taxis que lo trasladarán al sector del Centro Histórico.

“Todo sacrificio vale la pena y caminar no nos cae mal para hacer un poco de ejercicio. No solo se rehabilita la vía, sino también nuestra salud. Estamos contentos, muchos, porque por fin tendremos una vía digna, aunque sí pediríamos a las autoridades que prohíban el paso de carros pesados para evitar que dañen el material”.

Otros habitantes como Rebeca Trávez hicieron un llamado para que solventen la obra en menos tiempo, debido a que negocios de comida como el suyo empiezan a registrar pérdidas por la ausencia de transeúntes en el sector.

Para quienes intentan acceder desde la Simón Bolívar, podrán hacerlo momentáneamente por la calle Ninahualca, que conecta a la González Suárez. Para los ciudadanos de a pie también existe el servicio de taxirrutas que cobran 50 centavos por persona para llevarlos hasta donde no haya desfases.