Calderón es la parroquia más poblada de la capital y la que más crece.

Nuevos conjuntos habitacionales, edificios, plazas comerciales, zonas deportivas y negocios se instalan en ese sector cada año. Ubicado al norte de Quito, Calderón crece a un promedio del 6 %, mientras que Quito de manera general lo hace al 1,5 %.

El haberse convertido en un polo de desarrollo trae nuevos retos. Por ejemplo, los moradores no cuentan con todos los servicios, o los reciben de mala calidad y de forma intermitente.

En esa lista está el servicio de agua potable. “A veces llega con fuerza, otras veces cae poquito, como ‘meado de gato’”, dice Guillermo Fuertes, morador.

Gilda Verenice Hidalgo, quien tiene 30 años residiendo en Calderón, dice que allí son habituales los cortes. “A veces tenemos que recibir el agua en tanqueros. Es verdad que ha pasado muy pocas veces, pero lo óptimo sería poder contar con el servicio todo el tiempo, todos los días”.

La Empresa Metropolitana de Agua Potable de Quito está al tanto de estos problemas y espera solucionarlos. Hasta mayo próximo tiene previsto gastar 221 millones de dólares en obras para dar alcantarillado y agua potables a Calderón y la zona nororiente, que incluye San Antonio de Pichincha, Calacalí, Nayón, Tumbaco, Cumbayá, El Quinche, Guayllabamba, Yaruquí y Puembo.

Margarita Romo, directora de la Unidad Coordinadora con el Banco Interamericano de Desarrollo, explica que una parte de los fondos para estos proyectos sale del presupuesto que el Municipio asigna a la Empresa de Agua. Esta entidad pone 93,9 millones de dólares. El Fondo para la Promoción del Desarrollo (Fondrode), que pertenece a la Cooperación Española, entregará 40 millones de dólares. Y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ya aprobó una línea de crédito de 87,1 millones de dólares.

“Hasta mayo próximo estamos planeando firmar los contratos y dejar estas obras en marcha, para que las siguientes administraciones las ejecuten con total transparencia y responsabilidad”, dijo Romo. Durante seis años se realizarán las obras. 

El primer contrato corresponde a una obra de 57,9 millones de dólares para construir la Línea de Conducción Paluguillo-Puembo. El objetivo es satisfacer la demanda de agua de la zona norte y aliviar el trabajo que realiza la Planta de Agua de Bellavista, que ahora abastece al norte urbano y el hipercentro.

Para que el agua sea conducida desde Paluguillo, al oriente de Quito, hasta Puebo, la tubería deberá pasar por tres quebradas: la de Huarmihuaycu, Carihuaycu abajo y la quebrada Andrango. “Los beneficiarios directos son 500.000 personas, que ya no tendrán problemas de agua”, promete Romo.

• 500.000 habitantes de la ciudad (que tiene 2,8 millones) serán los beneficiarios directos de las obras.

Recurrieron al tanquero

Los moradores de las parroquias Pifo, Puembo, Tababela, Yaruquí, Checa, Guayllabamba, El Quinche y Calderón se quedaron sin agua durante más una semana. El problema se debió a la ruptura de una tubería en las obras de construcción que se están ejecutando. Los habitantes tuvieron que recibir agua en tanqueros. Compraron botellones y las clases de 14 unidades educativas se cambiaron a modalidad virtual. Varios moradores se organizaron para en grupo pedir la habilitación del suministro.

Habitantes sacaron sus ollas

El último corte de agua al norte duró del 23 de septiembre al 4 de octubre. Si bien fue por una rotura de tubería, la gente dijo que es habitual quedarse sin el líquido.