Columnas

Luis Noboa Naranjo

Es la única manera de salir adelante. La cosa más vil en este mundo, lo que más degrada, es la dádiva fácil”. Su vida de trabajo se hizo leyenda

Fue el más grande y rico empresario de Ecuador en el siglo 20. Nació en Ambato (1 -febrero-1916). Murió en Nueva York (28-abril-1994). Fue hijo del Dr. Luis Adolfo Noboa Ledesma, médico y odontólogo, y de doña Zoila Matilde Naranjo Villota, que hacía costuras y labores de casa. Se casó con Isabel Pontón Ávila (26 de marzo de 1921). Tuvo 3 hermanos: Enrique, María y Amanda, y seis hijos: Luis, Isabel, María Elena, Diana, Álvaro y María Leonor. Se trasladaron a Guayaquil. Huérfano y pese a su corta edad, trabajó en todo. Fue vendedor ambulante de revistas, lustrabotas, estampillas, anunciador de los asaltos en peleas de box. En todo lo que hacía producía dinero, aunque pocas ganancias para ayudar a su madre y 3 hermanos. La ayudó económicamente. Estudió primaria en las escuelas José María Valverde, Simón Bolívar y Cristóbal Colón hasta el sexto grado por falta de recursos. Invertía trabajando. Un día fue al Banco Sociedad General de Crédito a limpiarle los zapatos a don Juan X. Marcos y venderle lotería. Él lo empleó como conserje hasta 1933. Obtuvo préstamos. A los 17 años puso una pequeña casa de cambios. En 1935 comenzó a exportar arroz y en 1941 transportó 110 mil quintales de arroz en un buque a Venezuela. Se ganó su primer millón de sucres. Al siguiente año trabajó para Víctor Emilio Estrada Sciacaluga por 8 meses. Representó varias empresas. Trabajó para la automotriz De Soto. Mantuvo sus exportaciones de arroz y llegó a ser el mayor exportador. Trabajó para Standard Fruit Company. Exportó banano hasta 1956, por su cuenta, a Europa y varias partes del mundo. Obtuvo la concesión de la marca Quaker Oats. Adquirió Molinos Poultier (1961). Creo Industrial Molinera y Exportadora Bananera Noboa. Divorciado, se casó con Mercedes Santistevan. Sin descendencia. Tuve el privilegio de conversar con él en una reunión de la Cámara de Industrias. Sencillo y afectuoso: “¡Heredé de mi padre la pobreza!”. “No importa qué tipo de trabajo sea, lo importante es trabajar. Es la única manera de salir adelante. La cosa más vil en este mundo, lo que más degrada, es la dádiva fácil”. Su vida de trabajo se hizo leyenda.