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Guayaquil por la patria

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''Hoy como antes, se encuentra latente el sentir de libertad que anidó la Fragua de Vulcano. Es momento de reafirmar el lema “Guayaquil por Guayaquil y Guayaquil por la patria”

“Guayaquil quiere ser libre. Es voluntad de su pueblo que no mande en la provincia el gobernador Vivero ni sigan los chapetones pisando fuerte su suelo, ni asomando en el Cabildo el rostro de Fernando VII. ¡Guayaquil quiere ser libre y que lo gobierne Olmedo!” Así reza la primera estrofa de la poesía Hazaña y timbre del 9 de Octubre, escrita por Abel Romeo Castillo. La poesía describe el sentimiento y pensar de la ciudadanía guayaquileña en 1820 y que en aquella reluciente mañana del 9 de octubre se materializó en el Oriente (término Masón) rayando la libertad, como escribió José Joaquín de Olmedo y Maruri en su poema épico Canción al 9 de Octubre: “¿Veis esa luz amable/ Que raya en el Oriente/ Cada vez más luciente/ En gracia celestial? / Esa es la aurora plácida/ Que anuncia libertad…”. Casi al mes de haberse declarado independiente la Provincia Libre de Guayaquil, el 11 de noviembre de 1820 el Colegio Electoral o Asamblea Constituyente confirma a su presidente, el Dr. José Joaquín de Olmedo, y como secretario a José de Antepara, con soberanía y unidad territorial, contando con Guayas, Los Ríos, Santa Elena, El Oro y Manabí.

Al cumplirse doscientos años de la heroica gesta independentista de Guayaquil, los ecuatorianos y en especial los guayaquileños, nos sentimos orgullosos, e imbuidos de civismo pregonamos el hecho histórico con el cual se marcó la ruta para la verdadera independencia de nuestra patria. La Provincia de Guayaquil, federada o unida con Quito y Cuenca, formaron el Departamento del Sur de la Gran Colombia. “Guayaquil por la Patria” fue el lema que identificó a los guayaquileños, no solo en la consecución de su independencia, sino en el devenir histórico, luchando con sus propios medios contra los ataques, incendios y pandemias, sin olvidar su espíritu amable, alegre y solidario, al recibir como propios a los habitantes de otras provincias que se afincaban en busca de mejores días. Hoy como antes, se encuentra latente el sentir de libertad que anidó la Fragua de Vulcano. Es momento de reafirmar el lema “Guayaquil por Guayaquil y Guayaquil por la patria”.