Columnas

Dedicarse a crecer

Cansados del doble discurso y del victimazgo que empobrece a la nación, toca dedicarse a mejorar individualmente...

“Arriesgándome a ser presa del buenismo, me dedico a crecer”. Leí esa frase en una novela que yo escribo. La frase vuelve a mi mente cada vez que percibo claras inconsistencias y despropósitos. Por ejemplo, leo que en la ley de Simplificación y progresividad tributaria se otorga la posibilidad de descontar del pago 10 % de impuesto a la renta a los habitantes domiciliados en Imbabura, Bolívar, Chimborazo, Tungurahua, Cotopaxi y Cañar; el impacto probablemente es irrisorio al erario, no así el principio de reconocer a unos y no a otros. En Guayas, Pichincha, Azuay, muchos comerciantes fueron afectados por el saqueo, ¿quién los protege a ellos? Dedícate nomás a crecer. La misma ley establece contribuciones especiales a las empresas que facturan más de un millón de dólares al año, dificultando cada vez más hacer empresa en el país; frustrados… se dedican a crecer porque ahora hay un nuevo impuesto que pagar.

Cuando ves que la Prefectura de Pichincha ahora le da licencia de vacaciones a la prefecta con procesos judiciales, y en el mundo real tenemos que justificar los minutos de presencia y ausencia para hacernos de las compensaciones laborales, ¿quién crece en la Prefectura? Luego lees que la Conaie formará una comisión de víctimas del paro de octubre, ¿la misma Conaie que secuestró por horas a periodistas durante el paro a vista de todos los ecuatorianos y que coartó a las florícolas de producir? ¡Dedícate a crecer!

¿Qué quiero decir con crecer?; pues leer mejores libros, dar mejores clases, poner todo de sí para una labor que no nos gusta, pero que es parte de responsabilidades adquiridas; devolver el vuelto que nos dieron de más, cosechar mejores tomates, respetar tu palabra y la de los demás, tomar cursos que te hacen mejor, no agraviar por las diferencias sino apelar a las similitudes para que prime la empatía. 

Cansados del doble discurso y del victimazgo que empobrece a la nación, toca dedicarse a mejorar individualmente y a procurar esa mejora en los demás. En este sentido se aplaude la iniciativa de la campaña Honestidad criolla que, claramente, promueve que nos dediquemos a crecer.