Covid-19: lo venceremos juntos con conocimiento, educación y solidaridad

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'Lo que no podemos es permitirnos el lujo de no entender que solo podemos ser tan fuertes como lo sea nuestro eslabón más débil…’.

¿Hay algún reto en el siglo 21 que se pueda enfrentar solo? Ya no, ni el cambio climático, ni la corrupción o el crimen organizado, la desinformación o la polución. Ahora mismo, con el Covid-19, podemos cerrar nuestras fronteras, limitar la circulación e imponer un toque de queda deseando que todas estas medidas contribuyan a luchar contra este virus que nos ha tomado a todos por sorpresa. Pero lo que no podemos es permitirnos el lujo de no entender que solo podemos ser tan fuertes como lo sea nuestro eslabón más débil… Por ello, necesitamos tres cosas: conocimiento, educación y solidaridad.

Conocimiento. Como se trata de una pandemia sin precedentes, lo más importante es aprender lecciones, escuchar, replicar aquello que ya demostró su éxito y así no repetir errores. Es así que, algunos más rápido que otros, empezamos a encerrarnos y a no dejar de repetir “#QuedateEnCasa”. Hicimos esto porque en el país donde todo empezó, estas medidas parecen haber funcionado.

Sin embargo, por nuestro afán de proteger los valores democráticos y nuestra afinidad al respeto de las libertades (hay una razón porque las llamamos ‘fundamentales’) este aprendizaje tuvo su precio. Esperamos con escepticismo, con una esperanza ingenua. Esperamos demasiado, perdimos muchas vidas y hoy en día las seguimos perdiendo. Estaría mal interpretar esto como la superioridad de la gobernanza autoritaria y el fracaso de las democracias liberales. Sería un error el debilitar nuestras democracias. Porque el Covid-19 va a desaparecer un día, esto no cabe duda, pero cuestionar nuestros valores puede tener un impacto mucho más grave, con -a largo plazo- más víctimas que cualquier virus.

El imponer medidas extremas se justifica por las circunstancias extraordinarias, pero mas importante aún es el fomentar la educación. En una democracia, no se impone, se persuade para convencer.

Las medidas en Europa vinieron tarde pero una vez que la ciudadanía entendió su importancia se están cumpliendo. La consciencia de las consecuencias por no actuar explica por qué no hubo, en general, resistencia en contra de las medidas de cuarentena adoptadas por los gobiernos. Mas en algunos países fueron los ciudadanos mismos los que exigieron a sus gobiernos adoptar medidas mas estrictas.

Solidaridad. Ayudar a los que más sufren hoy en día es sembrar para nuestro propio futuro. Los europeos enviamos apoyo a China cuando lo necesitaban y los chinos, devolviendo el favor, están enviando equipos de protección a decenas de países. Médicos de diferentes nacionalidades están llegando a Italia; los alemanes abren sus hospitales para italianos y franceses; los gobiernos adoptan medidas drásticas para que las economías no se hundan, los individuos buscan iniciativas para subir el ánimo de los que están aislados. Se organizan múltiples campañas y eventos virtuales para ayudar a los que lo necesitan. No es solamente solidaridad, es más.

Una vez que esto se acabe, nos espera un mundo diferente y este periodo difícil nos habrá enseñado lo valiosos y vulnerables que somos pero también que, cuando nos unimos, los seres humanos, podemos vencerlo todo.