Columnas

¿Derecha o izquierda?

Eso lo encontrarás en el sentido común, que ansioso nos espera

¡Cómo nos han presentado esta dicotomía, cómo nos han dividido con algo tan trivial!

Durante años tratadistas como Montesquieu, Engels y el mismísimo Marx intentaron dividirnos en dos, en los que estaban a la izquierda y los que estaban a la derecha.

Sin embargo, aquellos que hemos decidido prestarle atención (lamentablemente esto no incluye exmandatarios ni amargos actores políticos), descubrimos que el hambre no tiene ideología, que la censura puede ser de cualquiera de los dos extremos y que esta denominación es tan caduca como la guerra fría.

A pesar de aquellos que nos quieren convencer, hay un punto medio que no cede ante las supuestas ideologías de turno, peor aún los gobernantes en el poder: los principios.

Si eres una persona que cree en seres humanos libres de pensamiento jamás te vas a oponer a una forma de pensar, por más contraria a ti que sea. Eso no viene de la izquierda ni de la derecha, sino del sentido común.

Aquellos que consideran que el pensamiento o las opiniones de una sociedad se controlan desde un escritorio, más allá de lo que te digan, no se sientan en orillas tan distantes.

Una sociedad es libre cuando aquellos a quienes elegimos reflejan los principios de sus votantes, pero sobre todo, cuando no pretende callar la voz de nadie.

Vivimos años donde tener una opinión era un delito y hoy, aunque no vivamos en un país perfecto, todos tenemos derecho a opinar.

Aunque muchos no lo quieran aceptar, durante años en el Ecuador no contamos con esa libertad y hoy que la tenemos, más que apreciarla (es algo que nos merecemos) debemos cuidarla.

No importa de qué lado de la orilla me leas, quieres que tu voz sea escuchada y eso solo es posible en un Estado de derecho que respete las opiniones de todos y abandone los intentos de censura basados en un principio mayor de integración o espíritu de cuerpo. Eso lo encontrarás en el sentido común, que ansioso nos espera.