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Casuística vs. utopías

Avatar del Iván Baquerizo

Sin lugar a dudas, una visión correcta compartida por los Estados modernos y exitosos

De manera reiterada hemos comentado en esta columna dos concepciones que están en ambos extremos del espectro político: la primera es la visión colectivista, donde los derechos son corporativos y el Estado norma la vida de los ciudadanos; y la segunda es la visión libertaria, donde los derechos son individuales y las personas labran sus propios destinos libremente.

En la visión colectivista el Estado es el que regula y decide por los ciudadanos. En la visión libertaria, el Estado se limita exclusivamente a garantizar los derechos individuales fundamentales; derecho a la vida, a la libertad, a la propiedad y la búsqueda del bienestar. En la visión colectivista el Estado es un ogro “benefactor” que tiraniza a los individuos; el Leviatán de Hobbes, o el Gran Hermano de Orwell. En la visión libertaria el Estado se remite a ser un facilitador de la acción humana, libre y responsable. En ese espectro político tenemos desde las dictaduras más tiránicas, como la cubana o la venezolana, hasta los Estados más libres del mundo, como Hong Kong o Suiza.

Existe una evidente correlación entre libertad y prosperidad; los países con libertad económica son ricos y los países sin libertad económica son pobres. Es así de sencillo. Podríamos enumerar varios motivos del porqué, donde incluiría el afán de superación personal o la mano invisible de Adam Smith, el valor añadido del comercio y la experticia generada por la casuística del emprendedor, entre otros. Los gobiernos que ven a la sociedad civil como un aliado, son facilitadores de la inversión y de la producción privada. Los gobiernos que ven a los individuos con suspicacia consideran que la sociedad civil es como una vaca lechera a la que hay que ordeñar para redistribuir la riqueza.

En los últimos días hemos visto varios nombramientos por parte del flamante gobierno electo a puestos relevantes en la futura administración pública. Particular relevancia tiene el nombramiento del prestigioso empresario Carlos Cueva González -especialista en cadenas de distribución y logística de medicina e insumos médicos-, quien manejará la fundamental tarea de vacunar al menos a 9 millones de ecuatorianos contra el COVID-19 en los primeros 100 días de gobierno.

Con el nombramiento de Cueva, el presidente electo Guillermo Lasso Mendoza manda un mensaje claro de cuál será la visión en su gobierno: convertirse en un Estado facilitador para que sea la sociedad civil la que coadyuve en la tarea de sacar adelante al Ecuador. Abandonando la visión utópica de depender exclusivamente del aparataje burocrático, el presidente electo Lasso se decanta de manera acertada por la sociedad civil, quienes, a través de una vida de aciertos y desaciertos, han desarrollado la casuística necesaria para poder llevar a cabo mejor la tarea de vacunar a los ecuatorianos. Sin lugar a dudas, una visión correcta compartida por los Estados modernos y exitosos.

Para la mitología griega, Atlas podrá haber sido el titán condenado por el dios del Olimpo, Zeus, a soportar al mundo sobre sus espaldas. Sin embargo, para muchos, Atlas sigue siendo la mejor representación del emprendimiento humano sosteniendo al mundo con su esfuerzo diario.

¡Hasta la próxima!