Columnas

De escándalo en escándalo

El presidente Guillermo Lasso tiene dura tarea

Ecuador siempre ha tenido escándalos políticos, económicos, sociales y demás, pero ninguno comparable con los que se están conociendo del correato, administración anterior y los que se siguen dando. Si se midieran por temas las noticias en TV, no llamaría la atención que las de corrupción y violencia equivaldrían a 70 % del total. Vivimos el peor período de corrupción de nuestra historia y el más grave en crímenes, asaltos y robos de las últimas décadas. Moral y ética han desaparecido en muchos ecuatorianos, afortunadamente no en la mayoría. No ayuda la cultura masoquista de quienes están en contra de los que están a favor y a favor de los que están en contra. Lejos de Ecuador recuperar el respeto de país, se aleja más del resto; ya nos comienzan a exigir visa en la propia América Latina.

Los fondos públicos han sido y siguen derrochándose en la mayoría de los poderes del Estado. Además de los ya conocidos: Aromo, Yachay, rehabilitación de la refinería de Esmeraldas y las diferentes hidroeléctricas, entre otros; los de las administraciones anteriores siguen apareciendo: edificios que se construían para viviendas y quedaron inconclusos, centros de deportes que costaron millones de dólares y están abandonados. En cada votación presidencial se espera que el poder Judicial y Legislativo recuperen su prestigio, pero no es así, terminan siendo peores que los anteriores. Siempre hay las excepciones, pero son tan pocas que no cambian la penosa historia de incapacidad y corrupción en esos poderes. Con las enormes necesidades no satisfechas de la mayoría de la población, en el poder Legislativo hubo la intención de comprar carros de lujo y aprobar almuerzos y cenas entre 45 y 50 dólares por persona, equivalente a más del 10 % del salario mínimo de todo un mes.

¿El país que hoy tenemos, es en el que nos interesa vivir? La mayoría repudia el estado al que hemos llegado, entonces, ¿por qué los que están en el poder y los que pueden cambiar el rumbo hacen tan poco para tener una nación con sociedad de altos valores morales? El presidente Guillermo Lasso tiene dura tarea.