Columnas

Imparable piratería

Ante esta dramática situación, los pescadores víctimas de una piratería que sigue actuando diariamente se han dirigido al Gobierno para ser declarados en emergencia

“En el mar la vida es más sabrosa”, reza el verso de una vieja y alegre canción que ahora pocos recuerdan. Y por supuesto que su aseveración no es gratuita, ni tan falsa, sobre todo para los miles de turistas que en las temporadas vacacionales invaden las grandes y hermosas playas de nuestras provincias costeras, con excepción de Los Ríos, que es fluvial por todos sus costados.

Sin embargo, toda afirmación tiene su pro y su contra, y en el caso marítimo, el océano de grandes o pequeñas y espumantes olas presididas por el dios Neptuno es también un lugar de riesgos y peligro. No solo con sus furiosos temporales y los tsunamis que encrespan el largo territorio líquido de las aguas saladas, sino por esa piratería que en nuestra infancia y juventud las conocimos a través de las novelas siempre aventureras de un Dumas o un Salgari. Esa piratería nos recuerda a los bucaneros o filibusteros, como Morgan y Drake, que cometían sus fechorías con el apoyo y beneplácito de la corona británica, que hacía todo lo posible por arrebatarle a España todos los tesoros que se llevaba del continente americano.

En nuestro país esa piratería no viene precisamente del extranjero. Y las víctimas no son ahora los grandes navíos sino esas pequeñas embarcaciones artesanales que humildes compatriotas dedican a la pesquería. Remitámonos tan solo a un ejemplo porque la violencia, el robo y el crimen cometidos por los piratas criollos se vienen dando a lo largo de toda nuestra costa. Refirámonos, como el mejor ejemplo al caso del puerto de Santa Rosa, a pocos minutos de Salinas, en donde más de 600 embarcaciones están deteriorándose con el paso de los años por haber perdido sus propietarios, en manos de los piratas, los motores que les fueron robados a más del producto de la pesca.

Ante esta dramática situación, los pescadores víctimas de una piratería que sigue actuando diariamente se han dirigido al Gobierno para ser declarados en emergencia. Y este pedido tiene que ver también, por supuesto, con la labor de protección que debe cumplir la Armada Nacional que, al parecer, por carencia de recursos, en especial por falta de lanchas patrulleras no pueden cumplir a cabalidad con su labor de impedir que la delincuencia siga imperando en nuestro mar Pacífico.